La infanta Elena sabe perfectamente que mientras los reyes y sus hijas estén en Marivent, ellos no pueden viajar a Palma de Mallorca, y eso sucederá la última semana de julio y la primera de agosto. A partir de entonces podrán instalarse en palacio para acompañar unos días a la reina Sofía y a Irene de Grecia en sus vacaciones estivales. Mientras tanto, para alejarse del foco mediático y no eclipsar la aparición de Felipe y Letizia, la madre de Victoria Federica y Froilán ha decidido marcharse unos días a los Emiratos Árabes, donde se encuentra Juan Carlos I la mayor parte del tiempo, aunque sus viajes a España y Ginebra son cada día más constantes.
Elena de Borbón vivirá durante esas semanas con todas las comodidades posibles, a la mansión de Juan Carlos en Abu Dabi no le falta de nada. Se trata de una vivienda valorada en más de 11 millones de euros, situada en la paradisíaca isla de Nurai, de un kilómetro cuadrado de extensión y a 15 minutos en barco de la capital. Los primeros meses estuvo viviendo en un hotel gran lujo, pero no tardó en buscar algo más privado.
La infanta Elena vive como una reina cuando visita a Juan Carlos
Esta propiedad pertenece a la familia real de Abu Dabi, con la que tiene una gran relación. En ella el emérito cuenta con cinco personas españolas a su servicio como mínimo: tres ayudantes de cámara y dos escoltas. Estos últimos en realidad son cuatro, se turnan de dos en dos cada 15 días. El emérito también cuenta con las visita de su médico de confianza, un entrenador personal y un fisioterapeuta. Según ha afirmado el periodista José Luis Galiacho, el emérito estaría también siendo cuidado y atendido allí por los médicos del príncipe Mohamed bin Zayed Al Nahyan, uno de los hombres más ricos y poderosos de Emiratos Árabes Unidos.
Centrándonos en la casa, una preciosa mansión con vistas al mar y a una piscina, tiene un total de 1.050 metros cuadrados construidos y 4.150 de parcela. Está dividida en dos plantas con seis dormitorios, siete baños y amplios salones. No le falta ni un solo detalle. Una mesa de billar, un futbolín e incluso una sala de cine con capacidad para 18 personas.
