La infanta Elena vuelve a asestar un nuevo golpe mortal a Felipe VI con la decisión de apoyar a Juan Carlos I en su exilio. El emérito ha vuelto a Sanxenxo, su tercera visita a España en este año, y su hija mayor, una auténtica Borbón, le ha acompañado en estos días. Se les ha podido ver juntos en el entrenamiento de las regatas.
La hermana de Felipe habría discutido en numerosas ocasiones por Juan Carlos. Ella no ve con buenos ojos que a su edad se le mantenga en el exilio, y más con sus problemas de salud. Cree que es una humillación innecesaria porque ya no pesa ningún cargo sobre él. La infanta está dispuesta a traérselo a España. De hecho ha ofrecido su casa de Madrid para que viva con ella. No obstante, la capital sería territorio prohibido. El marido de Sofía ve con buenos ojos vivir en Galicia.
Juan Carlos buscaría un nuevo hogar en España, pero por ahora no pasaría más de 183 días, ya que de esta forma se ahorra declarar en su país y está alejado de la Hacienda Pública. El régimen fiscal de los Emiratos Árabes beneficia su patrimonio de 2.000 millones de euros que heredarán las infantas Elena y Cristina cuando él fallezca.
Con estos últimos viajes, Juan Carlos evidencia que quiere pasar el máximo tiempo posible en España con sus amigos y familiares. El emérito habría hecho uso de sus contactos para encontrar un hogar que se acorde a sus comodidades y cumpla con sus requisitos.
Sanxexo, el lugar elegido por Juan Carlos para vivir
Él busca privacidad y sería la infanta Elena quien le estaría ayudando para encontrar ese nuevo hogar sin ponerse en el foco mediático. Tal y como informó ‘Salsa Rosa’, Juan Carlos buscaría un nuevo hogar en Sanxenxo, una localidad gallega donde es muy querida y su presencia es del agrado de todos.
Juan Carlos está pasando unos días en casa de su amigo íntimo Pedro Campos, pero es probable que en los próximos años tenga la suya propia y no deba molestar a nadie. Esta nueva casa se ubicaría en un lugar de difícil acceso donde se le pueda garantizar seguridad y privacidad, quiere la máxima intimidad, tanto él como Casa Real. Este nuevo hogar, con increíbles vistas al mar, uno de los requisitos, tendría un elevado coste de 1,5 millones de euros. Tal vez para ello el emérito se ha librado de algunas propiedades que tenía en Galicia y Cataluña en su última visita donde vino además de para participar en las regatas que tuvieron que anularse, para “arreglar papeles”. Felipe sería conocedor de estos últimos movimientos.