La infanta Elena es considerada la más Borbón de toda la familia, destacándose como una ferviente defensora de su padre, el rey Juan Carlos I, y de su legado. Esta lealtad inquebrantable le ha generado más de un enfrentamiento con su hermano, Felipe VI, y con la reina Letizia. Elena culpa a los actuales reyes de todos los infortunios que han recaído sobre Juan Carlos, considerando su abdicación y posterior exilio como actos profundamente injustos. Para ella, estas decisiones representaron una humillación pública de alcance internacional. Durante el discurso de abdicación de su padre, la infanta estuvo presente, visiblemente emocionada y con lágrimas en los ojos, aplaudiendo a Juan Carlos a pesar de lo que algunos consideraron un comportamiento inapropiado en ese contexto.
A partir de ese fatídico momento, la familia real se dividió. Felipe VI se vio obligado a tomar medidas drásticas, retirando a su hermana y al resto de los miembros de su familia paterna de cualquier función institucional y eliminando el sueldo que recibían del Estado. Esta decisión se tomó para proteger el futuro de su hija Leonor y preservar la estabilidad de la corona, dado que el apellido Borbón estaba gravemente afectado por los escándalos. Sin embargo, según algunos expertos en asuntos de la Casa Real, como Jaime Peñafiel, detrás de estas decisiones podría estar la influencia de Letizia.
Peñafiel argumenta que Felipe VI, en un acto de aparente confrontación con su padre, lo despojó de su herencia y lo castigó hasta el punto de la humillación, apartándolo de la vida pública de manera abrupta y eliminando su asignación económica. Según el cronista, Letizia habría desempeñado un papel clave en esta ruptura familiar. Relata que en una acalorada discusión con Felipe, la reina consorte lo habría presionado de manera agresiva para que cortara definitivamente los lazos con su padre, a pesar de los intentos del rey por razonar y expresar su preocupación por el impacto que esto tendría en Juan Carlos. Peñafiel afirma que Letizia, en su posición, no solo buscaba consolidarse como reina consorte, sino que también aspiraba a convertirse en una figura central en la monarquía, actuando casi como una reina madre.
Felipe dio el golpe más duro a Juan Carlos y a la familia
La noche en que se tomaron estas decisiones fue una de las más oscuras y difíciles para la Casa Real. Felipe VI, abrumado por el dolor de haber tenido que actuar en contra de su propio padre, buscó consuelo en los brazos de la reina Sofía, pasando la noche en Zarzuela en lugar de regresar al Pabellón del Príncipe. No quería que sus hijas, Leonor y Sofía, lo vieran en un estado tan vulnerable. A pesar de su dolor, Felipe entendió que, como rey, debía tomar decisiones difíciles por el bien de la monarquía, incluso cuando estas lo enfrentaban a su propia familia.
Finalmente, Juan Carlos continuó viviendo en Zarzuela hasta que se le ordenó exiliarse, con la prohibición de regresar al palacio, una decisión que, según algunos, también fue influenciada por Letizia. Sin embargo, parece que Felipe VI podría estar reconsiderando el poder que Letizia ha ejercido en estas situaciones, ya que algunos sugieren que la reciente campaña de desprestigio en su contra podría ser una señal de que el rey ha decidido que es hora de frenar la influencia de su esposa.