La relación entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar estuvo marcada por tensiones y un control que, según diversas fuentes, afectó profundamente la vida de la infanta. Desde el inicio de su matrimonio, Marichalar impuso estrictas normas sobre cómo debía presentarse Elena en público. Este control no se limitaba a sugerencias, sino que, según se ha reportado, la obligaba a pasar un "examen" antes de salir a la calle. 

¿De qué se trataba el examen de Jaime de Marichalar para Elena?

De acuerdo con fuentes cercanas a la familia, Jaime, obsesionado con la moda y la imagen pública, insistía en que su esposa debía lucir siempre impecable, con tacones y atuendos elegantes, dejando de lado cualquier preferencia personal de la infanta, como el uso de zapatillas deportivas o ropa más cómoda.

infanta Elena
infanta Elena

Este nivel de control no solo afectó la apariencia de Elena, sino también su vida social y emocional. Antes de su matrimonio, la infanta era conocida por su carácter espontáneo y cercano, pero con el tiempo, estas cualidades se fueron desvaneciendo. 

Según amigas cercanas, la infanta Elena comenzó a sentirse aislada y limitada en su capacidad de expresarse libremente. En conversaciones privadas, la hija mayor del rey emérito, Juan Carlos I, compartía entre risas y resignación cómo no podía ni siquiera ponerse un par de zapatillas cómodas sin recibir una reprimenda de su esposo. Este tipo de comentarios reflejaban la pérdida de su identidad y autonomía.

Elena, quien antes disfrutaba de una vida más sencilla y cercana a la gente, se vio inmersa en un mundo de alta sociedad y compromisos que no siempre coincidían con su personalidad. Jaime, por su parte, buscaba proyectar una imagen de perfección y sofisticación, lo que a menudo chocaba con los deseos de la infanta de llevar una vida más relajada y auténtica. Este conflicto constante contribuyó al deterioro de su relación, que finalmente culminó en un divorcio.

A pesar de las dificultades, la infanta Elena ha demostrado una notable resiliencia. Tras su separación, ha recuperado parte de su espontaneidad y ha retomado el control sobre su vida y decisiones. 

La ruptura de Jaime de Marichalar y la infanta Elena 

La separación de la infanta Elena y Jaime de Marichalar marcó un hito en la historia de la Casa Real española, siendo la primera ruptura matrimonial pública de un miembro de la familia real. Tras doce años de matrimonio y dos hijos en común, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica, la pareja anunció su separación el 13 de noviembre de 2007 mediante un comunicado oficial que utilizó la frase "cese temporal de la convivencia conyugal". Este eufemismo buscaba suavizar el impacto mediático y social de la noticia, pero dejó claro que la relación estaba en un punto de no retorno.

infanta Elena
infanta Elena

El matrimonio, que comenzó con una boda de cuento de hadas en 1995, enfrentó múltiples desafíos a lo largo de los años. Las diferencias en sus personalidades y estilos de vida se hicieron evidentes con el tiempo. Mientras Jaime de Marichalar disfrutaba de la vida social, la moda y los eventos públicos, la infanta Elena prefería una vida más tranquila y familiar. Estas discrepancias se intensificaron tras el nacimiento de sus hijos, lo que generó tensiones en la relación.