A la infanta Elena le apasionan los musicales, el baile, la gastronomía y los toros. Es una gran aficionada a la tauromaquia, al igual que su padre, Juan Carlos I. Siempre ha mostrado un firme apoyo tanto a su reinado como a sus intereses. Su asistencia a la plaza de toros de Las Ventas es frecuente, al igual que la de sus hijos, Victoria Federica y Froilán. No obstante, otros miembros de la familia, como la reina Sofía, la infanta Cristina y sus hijos, así como Felipe y Letizia junto a Leonor y Sofía, se han distanciado completamente de esta tradición. De hecho, mientras que en Madrid esta práctica sigue vigente, en Cataluña fue prohibida hace años.
En más de una ocasión se ha visto a la infanta Elena en las plazas de toros y también en los musicales de la Gran Vía. Aunque terminó estudiando magisterio, a ella le hubiese gustado ser bailarina si no hubiese pertenecido a la Casa Real. De niña practicaba danza. Era una de las mejores de su clase. Parece una mujer muy seria, pero realmente es la más divertida de todos los hijo de Juan Carlos I.
La infanta Elena tiene una gran relación con Luis Astolfil
Otra de las grandes aficiones de la infanta Elena son los caballos. Visita Zarzuela casi todas las tardes para montar sus caballos y limpiarlos. Participó en campeonatos como amazona, allí conoció a Luis Astofil, quien podría haber sido su pareja en el pasado, aunque éste no quiso comprometerse con alguien de la realeza por todo lo que implicaba, pero mantienen una gran amistad. De hecho, continúan viéndose con su grupo de amigos.
El pasado verano Luis la invitó a su fiesta de cumpleaños en una finca de Toledo, todos tenían que ir vestido como si fuesen a la ópera. La infanta Elena se reúne muchas veces en esa finca con su grupo de amigos. Pueden mantener la discreción y la privacidad de la que a veces no puede disfrutar por ser hija de Juan Carlos I y hermana de Felipe VI. Muchos fines de semana se queda en la finca de su amigo Luis.
También se deja ver por los jardines de Aranjuez que heredará cuando fallezca Juan Carlos I. En España, Juan Carlos aparece registrado como propietario únicamente en dos propiedades: una pequeña porción de un jardín en Aranjuez, compartida con una quincena de herederos de Alfonso XIII, y una finca de cuatro hectáreas en Monachil, Granada, ubicada en la Sierra Nevada.