Quienes conocen bien a la infanta Elena aseguran que tiene un carácter particular. Es, de los tres hermanos, la más parecida a Juan Carlos I. A pesar de mostrar ciertos gestos de amabilidad, ser algo sentimental y discreta, también es estricta con su manera de pensar y sus creencias. Sus hijos no se lo han puesto fácil, pues siempre están en pleno huracán mediático. Sin embargo, la primogénita de los reyes eméritos tiene sus propias polémicas, como su enemistad con Letizia. Y por si fuera poco, hay algo más, su queja hacia su familia por falta de modales.
Es precisamente la relación entre la infanta Elena y la reina Letizia una de las más comentadas y que despierta mayor curiosidad. Pues hay quienes han realizado investigaciones para descubrir que en ningún momento fueron íntimas, es más, la poca cordialidad que existía se fue perdiendo con los años. Hay varios desencadenantes que terminaron con esta relación, pero hoy resaltamos uno en específico.
Ya decía Núria Tiburcio, periodista y autora del libro Elena. La infanta castiza, que "eran la noche y el día". Esto porque tenían preferencias diferentes, criadas de maneras distintas y sus visiones de la vida y la Corona eran completamente opuestas. Letizia no fue bien recibida en el seno de la familia Borbón y su origen plebeyo tuvo mucho que ver. Elena, sobre todo, creía que su hermano debía casarse con alguien de su mismo nivel o posición social. Así que decidió mostrarlo cada vez que tenía la oportunidad de señalar su incompatibilidad, hasta negarse a compartir mesa con los Ortiz Rocasolano.
La infanta Elena horrorizada, no soportaba a la familia de Letizia
Diferentes fuentes indican que Juan Carlos I y su hija veían con desdén a los familiares de la actual reina. Sobre todo, desdeñaba a Paloma Rocasolano por sindicalista y a Paco, el abuelo, por haber sido taxista. No se trataba de palabras, pues no podían tratarlos mal, pero sí hacían gestos discretos que dejaban claro el contraste entre las familias.
Sin dudas, el momento que más creó tensión fue durante los preparativos de la boda entre Felipe VI y su mujer. El emérito ya habría solicitado a Sofía de Grecia darle clases de protocolo a la familia Ortiz Rocasolano, una tarea que también llevó a cabo con la experiodista. Fuentes cercanas afirman que la infanta era muy crítica con ellos, que los consideraba poco refinados y le molestaba su actitud.
La indignación de la exduquesa de Lugo alcanzó tal punto, que decidió minimizar sus encuentros con la familia de su cuñada. Exigió estar en una mesa distinta en la boda, no quería volver a presenciar su falta de educación al comer.
Lo que le molestaba a la madre de Froilán y Victoria Federica eran las malas formas, las palabrotas y la falta de delicadeza al momento de reunirse en la mesa. Le aterrorizaba la humillación que tendría si se le veía comer con el abuelo Paco y con Paloma, dos de los seres queridos de Letizia que peor se conducían.
Así pues, la infanta Elena y Letizia fueron acumulando historia tras historia, desencuentros de parte y parte que no acabaron bien.