No sería de extrañar que dentro de unos años veamos una serie en Netflix al estilo de ‘The Crown’, pero a la española, titulada ‘La corona’ y protagonizada por personajes que interpreten a la reina Letizia, al rey Felipe, a los eméritos, a la princesa Leonor, a la infanta Sofía, a las infantas Elena y Cristina y a sus respectivos maridos. La pregunta es si esta serie tendría un final, y es que cada cierto tiempo nos sorprenden con algún nuevo escándalo. El último, la presunta infidelidad de Letizia a Felipe. Y eso que fue ella quien amenazó al Jefe de Estado con abandonarle al menor atisbo de infidelidad. La reina le dejó claro desde el principio que no aguantaría una situación como la de la reina emérita Sofía, la gran cornuda de la monarquía. Este episodio es solo uno más en la larga lista de altibajos que han protagonizado en su relación.
Su historia de amor se remonta a hace algo más de 20 años, un encuentro en el ático de Pedro Erquicia en Madrid. Entonces decidieron llevar su relación de forma discreta. Sobre todo para evitar que Juan Carlos I y Sofía intervinieran, como habían hecho con otras relaciones de Felipe cuando la enamorada no era del gusto de los ahora ex monarcas. Y es que Letizia, a los ojos de sus suegros, no era más que una plebeya divorciada y nieta de un taxista. De hecho, cuando supieron de la relación de su hijo con la entonces periodista, pusieron el grito en el cielo. Hasta el punto de que Felipe tuvo que amenazar con renunciar a la corona si no le permitían seguir adelante con la relación.
Juan Carlos I y la infanta Elena dan por muerto el amor entre la reina Letizia y el rey Felipe VI
Aquel fue el primer obstáculo de muchos. La mayoría han estado relacionados con los borbones, con quien Letizia nunca ha mantenido buena relación. Nunca se han fiado de ella, a la que ven como una interesada oportunista. Siempre consideraron que estaba con Felipe por conveniencia. Sobre todo Juan Carlos I, presente durante años en las discusiones entre ambos, y también su hija favorita, la infanta Elena, a quien se lo ha contado absolutamente todo. Ambos han estado al día de los problemas que se han dado en la relación.
Los dos consideran que el amor en el matrimonio desapareció hace tiempo. Son conscientes de que no habrá divorcio, pues a Letizia le interesa mantener la buena imagen de la corona para proteger el futuro reinado de su hija Leonor y para mantener todo lo que tiene. Pero también los son de que las discrepancias entre los reyes han deteriorado la relación por completo. La infanta considera que la pasión ha caducado. Y que como en la relación de Juan Carlos I y Sofía, ya no hay amor.
Afirman que lo de Letizia con Felipe es todo una farsa
Cabe decir que esta opinión no es exclusiva del emérito y de la infanta. Periodistas especializados en la casa real como Pilar Eyre o Jaime Peñafiel han hecho alusión a sus crisis en varias ocasiones. Eyre hablaba de discusiones con gritos y portazos. Mientras que Peñafiel considera que la relación entre Felipe y Letizia es un montaje.
"La mayoría de la prensa cortesana española ha interpretado las imágenes de Letizia mirando embelesada a su marido como una demostración de estar más enamorada que nunca. Pienso, personalmente, que esas fotos eran teatro, puro teatro. En toda pareja siempre hay uno que ama más que el otro. En el caso de Felipe y Letizia, no hay duda que la Consorte, muy inteligente y muy cerebral, ha sido quien más y mejor ha sabido mostrar públicamente sus, digamos, sentimientos sin tener en cuenta la regla de oro de las casas reales, a propósito de los sentimientos y las efusiones amorosas: nunca delante de la prensa", señaló el cronista. ”Durante estos años de matrimonio hemos descubierto que la sonrisa expansiva y espontánea de Letizia que puede, maliciosamente, brillar en su rostro es tan cálida como gélida su desaparición repentina cuando menos se espera. Ella puede cambiar en un segundo si alguien o algo le disgustan. Dicen quienes la conocen que la Consorte tiene el corazón de acero y que difícilmente deja adivinar sus sentimientos”, añadía. "Sé, por fuentes de toda credibilidad, que los problemas de la vida de Letizia afectan a la convivencia y a la estabilidad emocional no solo con Felipe y sus hijas, sino incluso con sus más directos colaboradores y hasta con el servicio. Por todo ello y mucho más la amorosa, apasionada, vehemente, ardorosa, impulsiva y enamorada mirada, pienso es... ¡puro teatro!”, concluyó el periodista.