José Luis Martínez Almeida y Teresa Urquijo se han unido en matrimonio, una cita de la que la prensa rosa ya venía mencionando desde hace semanas. El enlace se llevó a cabo en Madrid y contó con una larga lista de invitados, distintas personalidades de la alta sociedad. Personas de diversos ámbitos, desde el político al cultural. Ha sido, sin lugar a dudas, un desfile muy variopinto. De hecho, uno de los invitados más llamativos acabó siendo la infanta Elena. ¿Quién lo iba a decir? Esta vez por las razones más bochornosas, puesto que se evidenció su problema con la bebida.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y Teresa Urquijo, dieron el ‘sí, quiero’ en la iglesia de San Francisco de Borja. Fue una ceremonia espléndida, por todo lo alto y muy emotiva. Después, los asistentes se trasladaron a festejar a la finca El Canto de la Cruz, la residencia de la abuela de la novia. El catering estuvo a cargo del restaurante Lhardy, un pionero madrileño que abrió sus puertas al público en 1839. Los menús de boda van desde 150 euros por persona en adelante. Y qué decir de la celebración que fue espléndida, la infanta Elena estaba más contenta de lo habitual.
En una boda VIP y con todos los representantes de primera línea del país, lo más esperado hubiera sido un comportamiento ejemplar. Pero la primogénita de los reyes eméritos se dejó llevar por la bebida y acabó haciendo un espectáculo. Te contamos más.
La infanta Elena, pasada de copas en la boda de Almeida y Teresa Urquijo
La unión de José Luis y Teresa pasó a segundo plano. Poco se habla del vestido de la novia, que llevaron en su día su madre y su abuela. Así como de la luna de miel a Bután y Maldivas. Ni qué decir de la lista de regalos. La atención se la robó la hermana de Felipe VI, que por buenas razones la han mantenido en un discreto segundo plano. Se entiende por qué se le retiraron sus responsabilidades institucionales, teniendo como única misión su empleo en la fundación Mapfre y sus hijos.
Elena de Borbón disfrutó de la boda, como lo haría en una noche de juerga con sus amigos, en la que la bebida acaba siendo protagonista. Ha destapado un problema hablando demasiado y haciendo comentarios inapropiados. Esta es una estampa que avergüenza enormemente a la institución, aunque la infanta hace muchos años que no forma parte de la Corona. Uno de los mayores temores es que estando achispada cuente detalles o indiscreciones que comprometan a los reyes o a sus hijas.
Su gesto serio ha logrado convencer en estos últimos años, cuando lo cierto es que ha sido todo un ejemplo para sus hijos. Mucho se dice de Froilán y Victoria Federica, cuando han salido a su madre en el gusto por la vida nocturna. Frecuentemente, llegan informaciones de sus salidas con amigos, las fiestas que hace en su propiedad y las quejas de los vecinos por el ruido. Le gusta bailar, beber y divertirse en estos ambientes sociales.
Almeida y Teresa Urquijo seguramente querrían devolver el tiempo y extraviar la invitación de la infanta Elena.