La infanta Elena ha optado por mantener un perfil discreto en la vida pública desde que se le retiraron sus responsabilidades institucionales. Se ha dedicado por completo a su trabajo en la fundación Mapfre, aunque los detalles específicos de sus funciones son desconocidos. Según reveló Pilar Eyre, recibe un salario anual de 300,000 euros, ligeramente inferior al de su hermana Cristina. Con estos ingresos, no sorprende que tenga la capacidad de adquirir artículos de lujo y residir en una exclusiva zona del centro de Madrid.
Su residencia, un elegante hogar de 500 metros cuadrados, ha sido completamente renovada y adaptada para personas con movilidad reducida, en caso de que su padre decida vivir con ella en el futuro. La infanta Elena ocupa toda la primera planta de un prestigioso edificio en el barrio del Niño Jesús, cerca del Parque del Retiro. Allí vive con su hija Victoria Federica, aunque a pesar de sus numerosas similitudes, ambas suelen tener desacuerdos constantes.
La infanta Elena comparte muchos rasgos con sus hijos. Desde su divorcio de Jaime de Marichalar, ha sido la responsable de la crianza de Froilán y Victoria Federica. Sin embargo, ambos han sido objeto de controversia por su comportamiento juvenil, especialmente Victoria Federica. Aunque aparenta ser una mujer seria, a la infanta Elena le gusta disfrutar de la vida social y no es ajena a la vida nocturna. Con frecuencia cena con amigas y, en ocasiones, organiza fiestas en su casa, lo que ha generado quejas de los vecinos por el ruido hasta altas horas de la madrugada. La pasión por el baile es evidente en su vida, ya que desde pequeña ha disfrutado de clases de ballet, cumpliendo así uno de sus sueños.
La infanta Elena, como Victoria Federica y Froilán
Durante sus salidas nocturnas, la infanta Elena suele mostrarse animada y sociable, lo que a veces resulta en que hable más de la cuenta, especialmente cuando consume alcohol. Este comportamiento es motivo de preocupación para la Casa Real, ya que temen que pueda revelar información delicada sobre la familia real española.
De pequeña ya bailaba, es una de sus mayores pasiones que comparte con algunas amigas y amigos. Hace unos días estuvo en un local con baile y salió al escenario, con alguna copa de más, y no pudo evitar hacer el ridículo. Dio una imagen pésima hasta el punto que los escoltas tuvieron que intervenir. Evitar fotografías y la sacaron a la fuerza. Se la llevaron por la puerta de atrás.