En los últimos meses se ha evidenciado un notable acercamiento entre el rey Felipe VI y otros miembros de la familia Borbón, lo cual se atribuye en gran parte a una visible disminución de la influencia de la reina Letizia. Esta pérdida de protagonismo se ha intensificado tras las declaraciones de Jaime del Burgo, quien afirmó que Letizia le fue infiel a Felipe durante varios años, manteniendo una relación con él. Este escándalo parece haber afectado la dinámica dentro de la familia real, permitiendo una mayor cercanía entre Felipe y sus parientes.
Durante el último año, el rey emérito Juan Carlos I ha realizado múltiples viajes a España, y en septiembre se ha instalado en Madrid, donde ha participado en eventos familiares y sociales, como el funeral de Gómez-Acebo y el cumpleaños de su nieta Victoria Federica. Estos acontecimientos han marcado una presencia significativa del exmonarca en el país, a pesar de la controversia que rodea su figura.
Por otro lado, la situación en el Palacio de la Zarzuela ha sido distinta a lo que se informó anteriormente. Aunque se había comunicado que el palacio estaría desocupado, diversos medios señalan que varios miembros de la familia han seguido residiendo allí. Aparentemente, por solicitud de Letizia, Felipe VI habría informado a su familia que Zarzuela no debía ser vista como un hotel. Aun así, hasta el mes de agosto, Irene y Miguel Urdangarin se encontraban viviendo en el palacio, con visitas frecuentes de la infanta Cristina y de Victoria Federica.
Victoria Federica y Elena de Borbón, madre e hija, ponen distancia
Victoria Federica, hija de la infanta Elena, ha utilizado la Zarzuela como un refugio debido a la tensa relación que mantiene con su madre. Conocida por disfrutar de la vida nocturna, Victoria suele llegar a altas horas de la madrugada después de salir de fiesta, a menudo habiendo consumido alcohol, un comportamiento que no agrada a su madre. Para evitar confrontaciones, Victoria opta por avisar que no regresará a casa, sabiendo que siempre puede contar con el apoyo de su abuela, la reina Sofía, a cuya residencia se dirige con frecuencia.
La relación entre Felipe VI y su familia parece estar en un momento de reconciliación y acercamiento. Un gesto simbólico de esta cercanía fue su presencia en el funeral de Gómez-Acebo, al que acudió junto a su hermana, la infanta Cristina. Esta imagen fue especialmente significativa, ya que marcó uno de los primeros eventos públicos en los que se vieron juntos desde el escándalo del caso Nóos, en el que estuvo involucrado el marido de Cristina, Iñaki Urdangarin.
El rey Felipe, según se comenta, aprecia tener a su familia cerca, lo que también se extiende a sus sobrinos. A pesar de vivir con Letizia en el Pabellón del Príncipe, Felipe no parece tener inconveniente en que los más jóvenes residan en el Palacio de la Zarzuela. De hecho, esta convivencia permite que la reina Sofía no esté sola. Un caso destacado es el de Victoria Federica, a quien se le ha permitido residir en Zarzuela como si fuera su hogar. Aunque en el pasado estuvo en el centro de la polémica por su exposición mediática, ahora se percibe que está desempeñando un papel positivo al acercar la imagen de la familia real a los jóvenes. Su reciente entrevista ha recibido críticas favorables, lo que ha sorprendido a muchos y ha mejorado su imagen pública.