La relación entre Victoria Federica y la infanta Elena está marcada por el conflicto debido a sus diferencias en cuanto al estilo de vida y la influencia de su entorno. Aunque la infanta intenta imponer límites, Victoria se muestra decidida a seguir su propio camino, lo que genera preocupación y tensiones en el seno familiar.
La relación entre Victoria Federica y la infanta Elena está marcada por las desavenencias. Aunque han tenido una relación excelente durante gran parte de sus vidas, especialmente después del divorcio de la madre de Victoria y Jaime de Marichalar, la relación se ha vuelto tensa. Victoria se ha alejado del hogar familiar y evita pasar mucho tiempo con su madre para evitar conflictos.
La infanta Elena no está de acuerdo con el estilo de vida de su hija
La infanta Elena ha inculcado a sus hijos la importancia de la discreción, pero las controversias en las que se han visto envueltos, especialmente Froilán, han provocado la intervención de los reyes. Victoria, sin embargo, encuentra en su padre, Jaime de Marichalar, un apoyo fundamental y actualmente colabora con él en actividades relacionadas con las redes sociales y la moda. Jaime le ayuda encarecidamente a que prospere en su carrera como influencer, colándola en eventos de moda con gente influyente. Así las cosas, a pesar de la preocupación de la infanta Elena por el comportamiento de su hija, Victoria Federica muestra una actitud indiferente hacia la discreción. Sin haber cursado estudios y sin interés en trabajar, aspira a la fama y vive una vida lujosa sin restricciones, lo que ha generado desacuerdos con su madre.
La infanta Elena desaprueba el estilo de vida de su hija y atribuye la influencia de Jaime de Marichalar como responsable de su comportamiento. Considera que su exmarido debería asumir su rol de padre en lugar de ser un amigo permisivo, solicitándole que ponga límites.
A la infanta Elena le da pánico que Victoria Federica se acerque a las drogas
Y mientras tanto, Elena está muy preocupada por la vida nocturna de su hija. Todos los días que sale Victoria se queda despierta. Está en plan muy controladora. Lo que más miedo y respeto le da es que la joven coquetee con las drogas. Tanto es así que, según nos confirman fuentes cercanas, Elena incluso ha sometido a su hija a controles de drogas sorpresa en alguna ocasión. Eso sí: nunca ha dado positivo.
A pesar de las tensiones entre madre e hija, Victoria Federica no está dispuesta a abandonar el hogar de su madre ni a obedecer sus órdenes. Gracias a la situación, puede ahorrar parte del dinero que gana o destinarlo a sus actividades de ocio, manteniendo así su independencia financiera.