Son malos momentos para la familia Borbón. Tanto Juan Carlos I como la reina Sofía empiezan a cumplir años y acercarse al final de su vida con delicados problemas de salud. La infanta Elena siempre ha sido muy protectora y defensora de su padre. Monárquica y borbónica hasta la médula. En más de una ocasión ha discutido con Felipe VI por no estar de acuerdo con algunas de las medidas que ha tomado al respecto. Según ella, cree que ha sido desmesurado que su padre acabe en el exilio. Ella ofreció su casa varias veces para cuidarle. Pero su hermano se niega en rotundo. El marido de la reina Sofía no puede quedarse de forma permanente en Madrid.

Juan Carlos I ha recibido los peores resultados médicos en las últimas pruebas. Ya no podrán continuar dándole el tratamiento de medicina regenerativa porque no funciona. Su artrosis avanza y ya no puede ni mover la pierna izquierda. Los médicos le han confirmado que terminará sus días en una silla de ruedas. Su peor pesadilla. No quiere verse como un rey dependiente. Es una humillación para él.
La infanta Elena está muy preocupada por la salud de Juan Carlos I, no duerme por las noches
La infanta Elena está muy preocupada por Juan Carlos I porque está muy triste y solo. Le han comunicado que a veces ni sale de casa. Por ello este viernes llegará a Sanxenxo para participar en las regatas, necesitan darle algo de alegría. Aunque se ha tenido que adaptar el Bribón para sus nuevas condiciones físicas. Su hija mayor será su fiel compañera en estos días. Nunca se separa de él. Le acompaña a Galicia y también le visita de forma frecuente en Abu Dabi.
Personas cercanas a la infanta Elena aseguran que con este tema de la salud de su padre lo está pasando realmente mal. No es ella. Está todo el rato como en su mundo. Pensativa y completamente ida. El otro día se la vio dando un paseo de madrugada por Madrid, descompuesta, deambulando sola bajo la oscuridad. Máxima preocupación. Ya no saben como animarla.
A la infanta Elena le gustaría que su padre estuviese en Madrid, con ella. Sabe que le queda muy poco tiempo y que su salud es cada vez peor. No quiere que muera solo y es tal vez lo que suceda. Felipe VI no tiene intenciones de traer a su padre de vuelta a España. Hay un pacto no escrito en el que cuando esté muy mal dará la orden de traslado para que fallezca en un hospital español.
