Elena destaca como la integrante más vinculada a la dinastía Borbónica dentro de su familia. Su admiración y respeto por Juan Carlos I son evidentes, y siempre ha respaldado a sus padres frente a las constantes humillaciones a las que Felipe los ha sometido. Aunque es la única hija de los eméritos que contrajo matrimonio con un aristócrata, su unión no resultó exitosa.
La infanta contrajo matrimonio con Jaime de Marichalar, pero sus personalidades chocaron con frecuencia, generando conflictos constantes. En un momento intentaron separarse, pero finalmente decidieron casarse. A pesar de sus esfuerzos por salvar la relación, tuvieron dos hijos, Froilán y Victoria Federica. Sin embargo, el matrimonio no logró perdurar. La hermana de Cristina y Felipe informó a sus padres sobre su intención de divorciarse del exduque de Lugo, pero esos planes cambiaron cuando Marichalar sufrió un infarto. Elena esperó a que se recuperara antes de tomar la decisión de separarse.
Lo que permanecía desconocido era que, antes de su separación de Jaime de Marichalar, la infanta Elena estaba embarazada de su tercer hijo, pero lamentablemente sufrió un aborto. En 2009, anunciaron "el cese de la convivencia", y en febrero de 2010, formalizaron su separación.
La infanta Elena perdió al bebé que esperaba
El propio rey Juan Carlos confirmó que la infanta Elena estaba embarazada de tres meses cuando ocurrió la pérdida del bebé. La madre de Victoria y Froilán se sometió a una revisión de rutina en la Clínica Rúber Internacional al regresar a España desde Nueva York. Fue el doctor Emilio Esteban quien, a través de una ecografía, descubrió que la gestación de 14 semanas se había interrumpido. El ginecólogo indicó que Elena experimentaba lo que se conoce como "aborto retenido", una situación que suele suceder en los primeros cinco meses de embarazo sin presentar sangrados, lo que dificulta la detección de posibles complicaciones. Frente al diagnóstico, el doctor Esteban llevó a cabo una intervención de legrado de matriz en la infanta Elena, quien se recupera satisfactoriamente de dicho procedimiento.
Fueron meses muy complicados para la infanta Elena. Un episodio que Juan Carlos intentó tapar, pero habló demasiado antes de tiempo. El emérito no quería que se divorciase de Jaime de Marichalar. Tenía muy buena relación con él y es la única hija que se había casado con un aristócrata.