La infanta Elena es la más Borbón de toda la familia. Fiel defensora del reinado de Juan Carlos I, en más de una ocasión ha discutido con Felipe VI por desacuerdos con sus padres, cree que se les ha humillado de forma innecesaria y a veces injustificada. Para ella, no era necesario enviar al emérito a los Emiratos Árabes. Ella es quien se ha encargado de visitar siempre a su padre y le ha acompañado en sus visitas a España. Tampoco ha olvidado a la reina Sofía, la mayoría de tardes pasa por Zarzuela para hacerle una visita y ver a sus caballos. Es quien más está al corriente de la salud de sus progenitores y quien traslada a sus hermanos el empeoramiento de ambos.
Tanto Juan Carlos I como la reina Sofía son personas mayores y empiezan a tener problemas de salud típicos de su edad, como problemas de movilidad o algún que otro despiste. Siempre se ha hablado de los problemas de cadera del emérito, pero se ha dejado de lado la salud de su mujer. La emérita siempre ha sufrido en silencio. Ella no tiene un problema físico, sino mental. La madre de la infanta Elena no atraviesa un buen momento desde que ha sufrido una nueva humillación pública por parte de Juan Carlos I.
Todos sabían que la relación extramatrimonial de Juan Carlos I con Bárbara Rey era cierta, pero no había pruebas que la demostrasen, solo eran habladurías de la vedette. Sin embargo, hace un par de meses se filtraron unas imágenes donde el emérito besa apasionadamente a la artista en el balcón de su casa. Se confirma que el padre de Felipe VI engañaba a su mujer con muchas mujeres. Este ha sido un golpe muy duro para ella.
La reina Sofía arrastra una profunda tristeza
Pero no es el único golpe que ha sufrido en estos años. La muerte de su hermano Constantino de Grecia, la enfermedad de su hermana Irene, la muerte de algunos amigos y sobrinos. Todo ha sido un peso para la reina Sofía que no puede soportar ella sola.
La reina Sofía ha enfrentado ya varios problemas de salud delicados, pero lo que más preocupa a sus hijos actualmente es la profunda tristeza que carga debido a los recientes acontecimientos familiares. Hace dos años perdió a su hermano, y ahora su hermana, afectada por su propia situación, ya no parece reconocerla; apenas queda la esencia de quien fue, solo permanece su cuerpo. A su avanzada edad, la reina también enfrenta dificultades de movilidad y algunos olvidos, mientras observa cómo amigos cercanos van desapareciendo de su vida.
Aunque en los actos oficiales no deja entrever sus emociones, se siente profundamente apenada. Las Navidades ya no tienen el mismo significado, a pesar de los esfuerzos de Felipe, Cristina y Elena por pasar tiempo con ella para levantarle el ánimo. Durante estas fechas festivas, se espera que los hijos se organicen para acompañarla y evitar que pase tiempo sola. Su mayor deseo sigue siendo ver a toda la familia reunida.