La infanta Elena lo está pasando realmente mal con los problemas de salud de sus padres. Es la más afectada porque tiene una gran complicidad con ellos, especialmente con Juan Carlos I. Siempre se ha declarado borbónica y monárquica, fiel defensora del reinado de su padre, por ello ha tenido alguna discusión con Felipe VI. La madre de Froilán y Victoria Federica nunca ha aprobado las formas con las que su hermano ha tratado en muchas ocasiones a sus padres, especialmente a su progenitor. Primero con la abdicación y unos años más tarde con el exilio. Elena de Borbón ofreció su casa, recién reformada para personas con movilidad reducida, para alojar al emérito. Sin embargo, el marido de Letizia se negó en rotundo.
Juan Carlos I hace más de cuatro años que vive en Abu Dabi, en la isla de Nurai, en una mansión de unos 3.500 metros cuadrados que cuenta con todo tipo de comodidades. Además, recibe a menudo la visita de sus íntimos amigos, y se dice que estaría acompañado de una mujer, su actual pareja. Se desconoce si es Marta Gayà u otra persona, como dio a entender el paparazzi Diego Arrabal. Sin embargo, el emérito se encuentra solo.
Durante el primer año de exilio, debido a sus polémicas, Juan Carlos I no pudo volver a España. Al año siguiente empezó a moverse más a menudo, aunque siempre confirmando a Felipe VI sus viajes. A partir del año pasado todo eso cambió y viajó a su país en multitud de ocasiones sin dar explicaciones, su hijo solo le pidió que fuese discreto. Y él está siendo discreto, pero los medios de comunicación le ponen siempre en el foco mediático.
Juan Carlos I recibe el peor diagnóstico
La infanta Elena ha visitado a Juan Carlos I en estos últimos cuatro años más de 60 veces. Hasta el punto de tomar la decisión de quedarse con él por temporadas pidiendo a su trabajo en la fundación Mapfre trabajar a distancia. Aprovechando que Froilán también está en Abu Dabi, la hermana de Cristina se queda varias semanas cada cierto tiempo en los Emiratos Árabes.
Elena de Borbón está muy preocupada por la salud de su padre, es la única que está al corriente de todo. Le acompaña a las revisiones médicas y sabe que su salud está resentida. Según los últimos informes, el emérito tendrá que hacerse a la idea que los últimos años los pasará en una silla de ruedas. Siempre ha tenido graves problemas de movilidad que se han incrementado con la edad. Ha sido operado más de una decena de veces de las rodillas y la cadera.
