La salud de Juan Carlos I es motivo de preocupación en la casa real. Con su edad avanzada, últimamente se le ve con serias dificultades para caminar, siempre con escoltas o su inseparable silla de ruedas. Y claro, eso ha abierto la puerta a las conversaciones sobre la herencia, un jugoso pastel que, a priori, se repartirá entre la infanta Elena y su hermana Cristina, después de que el rey Felipe VI haya renunciado a su parte.
La herencia estimada de Juan Carlos I ronda los 1.800 millones de euros, según publicaciones respetables como Forbes y el New York Times. Después de que el rey Felipe VI renunciara a su parte en 2020, las infantas Elena y Cristina están a punto de recibir, como mínimo, 900 millones de euros.
Problemas para la infanta Elena para recibir la herencia de Juan Carlos I
Cabe decir que algunos de los herederos ya empezaron a rascar parte del dinero. Juan Carlos I ha soltado algunos euros para caprichos de las infantas y de los hijos de ambas. Además, está lidiando con los términos del divorcio de Cristina y Urdangarin. Rumores apuntan a que podría pagar la fiesta para que Iñaki guarde silencio sobre secretos de palacio.
Pero al margen de ello, esta herencia podría dar algunos problemas fiscales a la infanta Elena. Cristina no tiene que preocuparse mucho por los impuestos, ya que tiene su residencia fuera de España. Pero para Elena, que vive en Madrid, la cosa se complica. Tributar la herencia en España no suena precisamente divertido, y aquí es donde entra en escena la posibilidad de usar a su sobrino Froilán como testaferro.
El sueño de la infanta Elena
Pero al margen de como solucionará la papeleta, la infanta Elena ya está maquinando qué hacer con la parte de la herencia que le corresponderá cuando su padre, el rey emérito Juan Carlos I, diga adiós a este mundo. La mujer tiene un sueño en mente y está dispuesta a convertirlo en realidad con los cientos de millones que le tocarán después de hacer cuentas con su hermana.
La infanta Elena quiere invertir en una finca con tierras de caza y espacio de sobra para sus queridos caballos. Aunque ahora viva en Fuente del Berro, Madrid, la infanta sueña con la vida rural y la naturaleza.