La infanta Elena es la más Borbón de la familia, fiel defensora del reinado de Juan Carlos I. En más de una ocasión ha discutido fuertemente con Felipe VI porque cree que se ha sometido al emérito ha demasiadas humillaciones, y bajo su punto de vista no era necesario exiliarle a los Emiratos Árabes. Pero ha cumplido con lo que se espera de ella porque ante todo también es monárquica y no piensa perjudicar el reinado de su hermano. Está triste por ver a la familia completamente dividida, pero más aún por tener a su padre a miles de kilómetros de distancia.
En los últimos meses Juan Carlos se ha reunido con sus médicos de confianza en multitud de ocasiones. Tanto en Ginebra como en Vitoria, que es donde se realiza tratamientos relacionados con la medicina regenerativa. Para sus problemas de cadera se inyecta cada ciertos meses células madre y plaquetas. Los profesionales de la salud dieron el peor presagio al padre de Felipe VI. Debido a su avanzada edad y a sus problemas de movilidad es muy probable que el emérito termine en silla de ruedas. De hecho, ya se le ha visto en varias ocasiones pero se niega a utilizarla porque no quiere que se vea a un rey destronado.
La infanta Elena le visita habitualmente en los Emiratos Árabes, y le acompaña al médico en Ginebra. Además, es la hija que está siempre a su lado cuando aterriza en Sanxenxo para participar en alguna regata. No le deja nunca solo. Felipe VI le pregunta siempre a ella por su estado de salud.
Malas noticias para Juan Carlos
En estas últimas semanas Juan Carlos ha vuelto a someterse a una revisión médica, y a pesar de todos los intentos por frenar la realidad, los informes no son buenos. El emérito es cada vez más mayor y sus huesos empiezan a desgastarse a un ritmo muy veloz. Habrá un momento en que ni la medicina regenerativa será capaz de hacer nada.
Según las personas cercanas a Juan Carlos, el estado de salud del exmonarca habría empeorado en e último año. Por este motivo, se pide que el emérito regrese a España o se quede en Ginebra con la infanta Cristina, donde ya se adelantó que también tenía una mansión. Ahora mismo continuará en Abu Dabi, aunque se ha aumentado la vigilancia y los cuidados. Tiene personal de seguridad, un médico propio, fisioterapeuta y entrenador. Todo lo necesario para retrasar lo inevitable. Juan Carlos ya tiene 86 años y es normal que su salud se vea mermada. Ya no hablamos solo de problemas de movilidad, sino que además ha empezado a presentar algún que otro despiste propio de su edad.