Gran inquietud en el entorno de la familia Borbón. El silencio es absoluto y Casa Real mantiene una postura de discreción total, negándose a emitir declaraciones al respecto. Desde hace más de diez años, la institución ha tomado distancia respecto a la figura de Juan Carlos I, quien ya no forma parte activa de la corona. Esta decisión fue crucial para preservar la estabilidad y la continuidad de la monarquía en España.
El pasado fin de semana se esperaba que el exmonarca acudiera a Sanxenxo para participar en las regatas, un evento al que nunca había faltado desde su estancia en el exilio. Sin embargo, su ausencia fue evidente y no se ofreció ninguna explicación oficial. Esto generó extrañeza, ya que todo estaba organizado para su presencia. La decisión de no asistir tomó por sorpresa a muchos, considerando que este tipo de citas siempre ha sido parte de su rutina desde que dejó España.
Recientemente se supo que Juan Carlos I desvió su vuelo de manera repentina hacia Ginebra, donde está siendo atendido por un equipo médico de confianza. Durante años, el exmonarca ha recurrido a tratamientos de medicina regenerativa con la esperanza de mejorar su movilidad, pero los resultados no han sido los esperados. Su artrosis ha avanzado de manera significativa, afectando gravemente su pierna izquierda, que ahora está prácticamente inmovilizada. Los especialistas han sido claros: deberá utilizar una silla de ruedas de manera permanente, una noticia que le ha causado un fuerte impacto emocional. Según fuentes cercanas, esta situación podría haber desencadenado una depresión, ya que se muestra reacio a salir de su habitación y su apetito es casi inexistente.
La infanta Elena está muy preocupada y coge un avión a Ginebra
En Ginebra lo acompaña la infanta Cristina, y recientemente también se sumó la infanta Elena, quien había planeado acompañarlo en las regatas. Fue ella quien le comunicó los resultados médicos y decidió viajar de urgencia a Suiza. Al parecer, Elena también alertó a Felipe VI, quien habría realizado un desplazamiento privado durante el fin de semana, evitando cualquier atención mediática.
La familia está enfrentando decisiones difíciles. Las infantas Elena y Cristina insisten en que su padre debería regresar a España, especialmente ahora que su estado de salud es frágil y su edad avanzada. Temen que una hospitalización de emergencia en el extranjero sea el último capítulo de su vida, algo que consideran una falta de respeto hacia su figura. Sin embargo, hasta ahora no se ha tomado ninguna decisión formal sobre su retorno.
Por el momento, Juan Carlos I permanece en Ginebra acompañado por sus hijas y algunos de sus nietos, mientras la incertidumbre sobre su futuro continúa siendo motivo de máxima preocupación en el entorno familiar.
