La semana pasada se celebró un evento muy especial en la monarquía española. La infanta Elena cumplió 60 años, en un evento que reunió a buena parte de la familia real. Acudió hasta la reina Letizia, con quien se conoce que no guarda buena relación. Sin duda, fue una ocasión para recordar para Elena. Sin embargo, la vida de la mayor de los hijos de la reina Sofía y el rey Juan Carlos I no ha sido un camino de rosas. Sobre todo durante su juventud.
Tal y como explicó la famosa periodista especializada en la casa real Pilar Eyre en su blog de la revista Lecturas, Elena tuvo momentos muy duros antes de casarse con Jaime de Marichalar. En gran parte, debido a la obsesión de la emérita por su hijo, el entonces príncipe Felipe.
Según Eyre, la pobre Elena "caía en grandes períodos de melancolía". Juan Carlos, en busca de revertir la situación, llegó a decirle a su mujer, la reina Sofía que vistiera “a la niña diferente” y que le cambiara el peinado. “Así no la casamos nunca", señalaba Juan Carlos I. Parece que el ex monarca consideraba que, si Elena encontraba el amor, todo cambiaría.
La reina Sofía, obsesionada con Felipe, abandonó a su hija en su terapia psicológica
Sin embargo, Sofía no estaba mucho por la labor. Según Eyre, la reina estaba tan concentrada en su hijo Felipe que apenas hacía caso a las infantas. “Lo cierto es que la reina estaba tan absorta con su hijo que nunca prestó demasiada atención a las infantas”, escribió Eyre. Así las cosas, la infanta Elena, desesperada, acabó buscando ayuda en forma de terapia. Elena necesitó atención personal y terminó tratándose con una especialista argentina.
Una terapia a la que iba completamente sola. Bueno, en realidad sola del todo no. Pero quien la acompañaba no era ningún familiar cercano. Según Eyre, “A la consulta la acompañaba siempre el jefe de la casa, Sabino Fernández Campo, nunca su madre”.