Este miércoles 15 de mayo los madrileños celebraban la fiesta de San Isidro, su patrón. La capital española fue un festival de chulapos y mantillas. Ortega Smith y Rocío Monasterio de Vox, Andrea Levy gritando orgullosa "¡Viva Madrid"! y demostraciones del estilo. Un clásico de estas fechas es también una corrida en la plaza de toros de Las Ventas. Allí cambiaron el "¡Viva Madrid!" por un grito de guerra más monárquico, "¡Viva el Rey!". No. No estaba Pablo Casado llenándose la boca de borbonismo. Era el público asistente enfervorizado por la presencia de un clásico de las corridas, el rey Juan Carlos, acompañado de su hija Elena y la hija de esta, Victoria Federica.

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Los medios más patrióticos han destacado de su presencia una imagen, un efusivo abrazo entre el emérito y su nieta. "Juan Carlos se derrite con su nieta", "Efusivo abrazo entre el rey emérito y Victoria Federica", "Victoria, más tierna y cariñosa que nunca con su abuelo", son algunas de las expresiones que se podían leer hoy después del abrazo entre el abuelo y su nieta a las puertas del tendido.

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Pero la tierna imagen no fue la única a destacar de los miembros reales que fueron a Las Ventas. Porque el look que escogieron madre e hija impactaba tanto o más que el abrazo entre abuelo y nieta. Para celebrar San Isidro, Vic se engalanó con un modelito que no dejaba indiferente a nadie. para ir a ver toros se vistió de leopardo. Una falda larga y estampada, un animal print en negro, blanco y gris. Claro está que al lado de su madre parecía la Venus de Milo del buen gusto. Porque la infanta, después de regalar un look imposible hace unos días, floripondio gigante incorporado y sombrero de espantapájaros de El mago de Oz, decidió volver a un clásico de su vestuario: los símbolos de españolidad.

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Amiga de enseñar la rojigualda a la mínima que tiene ocasión, la infanta debería pensar que el outfit con un colgante en forma de peineta, los collares, los pendientes gigantes y el sombrero no eran suficientemente barrocos para ir a los toros y lució una bandera española envolviendo el sombrero. Por cierto, uno de los toros que salieron a la arena de la plaza se llamaba Pijotero... Un sobrenombre que le pega a la perfección a Elena y Victoria. Añádanle al nombre el adjetivo 'rancio' y tendrán el cuadro que formaban la infanta y su hija.