Mucho se ha hablado y escrito sobre la presunta hija que el rey tuvo con una aristócrata en los años 70 de la que se informa en el libro King Corp., escrito por José María Olmo y David Fernández.. Sin embargo, lo cierto es que la investigación es una mina de oro  sobre los asuntos turbios que el rey emérito Juan Carlos ha ocultado a España a lo largo de los años.

En uno de los episodios, los autores hablan del patrimonio material de Juan Carlos. No del monetario, que también, sino de todos aquellos objetos que deberían ser del estado pero que Juan Carlos ocultó y vendió a su antojo para aumentar su cuenta corriente.

En este sentido, Olmo y Fernández subrayan que los regalos que recibía el emérito deberían haber sido declarados e incluidos en la lista de objetos de Patrimonio Nacional. De hecho, Felipe VI impuso en 2014 a su familia declarar cada año los regalos "de alto valor económico" que recibían por su presencia en actos institucionales. Regalos que, por otro lado, recibían solo por ser quienes eran.

Felipe Juan Carlos EFE

Juan Carlos I no declaraba los regalos que recibía

Sin embargo, Juan Carlos ha declarado durante años lo que le ha venido en gana. El resto, aunque los recibía a nombre de la casa real y deberían haber sido declarados, se los quedaba para disfrutarlos a su antojo o directamente los vendía para transformar en dinero.

Atención a la lista de objetos cedidos a Patrimonio Nacional por parte de Juan Carlos que publica el libro:

-Un libro sobre el centenario de la Universidad Pontificia Comillas.

-Una camiseta de la final de la Europa League (2016) entre el Liverpool y el Sevilla.

-Un plato de porcelana.

-Un llavero.

-Unos gemelos.

-Un poemario.

-Una caja de nácar.

-Un libro sobre el Defensor del Pueblo.

-Una escultura del Camino de Santiago.

-Una daga.

-Una maqueta de barco.

Como apuntan en El Confidencial, parece la lista de “una cuenta de Wallapop de un fontanero de Parla”.

Y mientras tanto, Juan Carlos se olvidaba de declarar un Hummer H2 amarillo de 325 CV valorado en 100.000 euros que le regaló el rey Abdalá y que vendió por 80.000 euros a Arturo Fernández, líder de la patronal madrileña, o un Maserati Quattroporte II cortesía de un jeque árabe.

Asimismo, señala el relato que en Patrimonio Nacional se listan 721 relojes de gran valor que han usado monarcas españoles. Pero ninguno de ellos es de Juan Carlos, que tiene una colección de 400 unidades. Muchos de ellos regalos en actos oficiales, prefirió  guardárselos.

Juan Carlos I efe

Las infantas Cristina y Elena, herederas de la “casa de empeños borbónica”

Un patrimonio que en el libro mencionado definen como la "casa de empeños borbónica”. “El sistema funcionó durante décadas y fue aplicado a todo tipo de activos de la Casa Real y del Estado. Cualquier objeto que estuviera bajo el control de Juan Carlos I podía acabar convertido en dinero con el que luego pagaba los viajes, restaurantes, vuelos privados y nuevos objetos de lujo que no cubría su asignación oficial. El método operaba al margen del presupuesto declarado de la Zarzuela y los beneficios obtenidos no revertían en el Patrimonio Nacional… Era un modo de conseguir efectivo más rápido que repatriar dinero de Suiza”.

Dinero que, por cierto, recibirán sus hijas, las infantas Elena y Cristina, limpio de polvo y paja. Las dos a las que no les suben los colores por no haber renunciado a su herencia y que no piensan tributar ni un euro al fisco español. Cristina, porque mantendrá  su residencia en Suiza. Elena, enviando a Froilán y Victoria Federica a Abu Dabi para que sean sus testaferros.