Felipe conocía de primera mano el matrimonio de Juan Carlos y la reina Sofía. Sabía que sus padres no eran felices y vivían engañados. Él no estaba dispuesto a compartir techo con una mujer a la que no amaba, eso es un infierno. Por este motivo decidió enamorarse de verdad. Todas sus relaciones eran con plebeyas, algo que desquiciaba a su padre. No se enamoró de ninguna de las aristócratas con las que coincidía. Se enamoró de la presentadora de informativos de TVE. El emérito pensó que sería algo pasajero, como le sucedió con muchas, pero no tardó en descubrir que iba en serio. En ese momento el marido de la reina Sofía intentó averiguar todo sobre ella. No podía permitir que arruinase la corona.
La primera en conocer la relación de Felipe VI fue la infanta Cristina. La mujer de Iñaki Urdagarin les cedía su casa en Barcelona para sus encuentros íntimos. Estaban protegidos y tenían una cuartará, nadie se enteraba de nada. Guardan el secreto. La hija mediana de Juan Carlos es mucho más tolerante. Era la única que entendía al príncipe porque a ella le sucedió más o menos lo mismo, el exjugador de balonmano era plebeya, y encima famoso. Sin embargo, ella no iba a heredar el trono.
La infanta Elena no confiaba en Letizia, tampoco ahora
La infanta Elena es la más Borbón de toda la familia, fiel defensora de Juan Carlos I y su antiguo reinado. Ahora mismo la relación con su hermano pequeño es bastante mala, no obstante, tampoco quiere perjudicar su reinado. Elena descubrió su relación con Letizia a la vez que sus padres. Prácticamente fue la última en enterarse. Su relación con la ahora reina nunca fue buena, como mucho cordial.
Elena de Borbón pensaba exactamente igual que su padre, vio que Letizia podría destrozar la corona. La veía como una intrusa, tenía miedo de su faceta como periodista porque pensó que podría explicar muchas cosas de la familia real a los medios de comunicación. Ser una infiltrada. Además, tampoco le gustaba que estuviese divorciada de su profesor de instituto al que conoció con tan solo 17 años, agnóstica, republicana, con un abuelo taxista. Y menos le intereso que fuese una mujer tan controladora y ambiciosa. Creía que solo estaba con Felipe VI por interés. Sus amigas de México ya desvelaron que la reina Letizia era una persona muy ambiciosa, se movía por dinero y por posiciones. Se relacionaba siempre con las personas más influyentes del país.