La infanta Elena es la más Borbón de toda la familia, fiel defensora del reinado de Juan Carlos I, y de sus padres. Por ello, en alguna ocasión ha discutido con Felipe VI al no estar de acuerdo con algunas de sus decisiones, como por ejemplo el exilio del emérito o su abdicación. Pero sabe perfectamente que detrás de estos planes maquiavélicos para destruir a su familia se encuentra Letizia, el padre de Leonor y Sofía solo es un “calzonazos”. Con la campaña de desprestigio hacia la reina, los roles han cambiado y por fin ha aceptado su rol de reina consorte, ya no toma decisiones, ni tan siquiera en la familia, por ello Felipe se ha acercado más a su padre.
Elena de Borbón siempre ha escuchado a su progenitor. A día de hoy le acompaña a todas las regatas y le visita constantemente en los Emiratos Árabes y en Ginebra. Es el motor de su vida junto a sus hijos, y al saber que está delicado de salud y tiene una edad avanzada, no quiere dejarlo solo. Sin embargo, tal y como desvela ‘Esdiario’, la infanta Elena siempre ha sido una marioneta a las manos de Juan Carlos.
La infanta Elena lo ha perdido todo por obedecer a Juan Carlos
La hija mayor de los eméritos no ha tenido una vida feliz, siempre ha obedecido las normas de Juan Carlos y se ha creído que su vida debía ser así por el simple hecho de pertenecer a la corona, una institución muy rígida e importante. Es la única que nunca ha desafiado a sus padres, ni tan siquiera a la hora de casarse. Ella tenía claro que debía casarse con alguien importante, no con un plebeyo como sus hermanos, y eligió a Jaime de Marichalar, pero no fue feliz ni tan siquiera el día de su boda, en la que quería salir huyendo.
El matrimonio con Jaime de Marichalar no funcionó nunca. Lloraba cada día a Juan Carlos para poder divorciarse, pero Juan Carlos le pidió que aguantase porque aprenderá a quererle, como él aguantó con la reina Sofía. Elena obedeció y vivió un verdadero infierno. Cuando decidió desobedecer a su padre, al exduque de Lugo le dio un infarto y tuvo que quedarse a su lado. El emérito le recomendó esperar un tiempo más, hasta que estuviese recuperado. En ese momento tuvieron una fuerte discusión y se distanciaron.
Lo mismo ha sucedido en la actualidad, 16 años después del divorcio con Jaime de Marichalar. Juan Carlos también decide sobre los hijos de la infanta Elena. Froilán no quería marcharse a los Emiratos Árabes, y su madre tampoco quería que fuese, pero se vieron obligados por Juan Carlos. Y la paciencia acabó con Victoria Federica, al emérito no le gustó que participase en un programa de televisión, y mucho menos que quiera ser actriz, es demasiada exposición. La infanta Elena defendió a su hija ante el emérito y esto le causó una fuerte discusión con su padre. Al final se ha dado cuenta que está perdiendo el contacto con sus hijos y la confianza solo por querer obedecer a su padre, porque cree que es todo lo que está bien.