Está todo preparado para el enésimo encuentro de la familia real en estos últimos meses. La campaña de desprestigio contra Letizia ha surtido efecto y ha perdido el gran poder que ejercía sobre Felipe y la corona. Ahora es el rey quien toma las decisiones, y por supuesto ha querido recuperar el contacto con su familia. Ya le retiró la prohibición a Juan Carlos de viajar por España. En el último año ha reaparecido hasta en siete ocasiones, por lo menos públicas. En este 2024, este fin de semana será la segunda vez que se deje ver en su país. En esta ocasión en Madrid, más cerca de Zarzuela. El emérito ha aceptado la invitación de José Luis Martínez Almeida y Teresa Urquijo de asistir a su boda. El padre de Felipe es primo de la abuela de la novia.
Juan Carlos no será el único que asista al enlace, también estará la reina Sofía o las infantas Elena y Cristina, incluso algunos de sus hijos como Froilán y Victoria Federica. Pero además, también han recibido invitación la infanta Margarita, su marido y sus hijos. Las únicas personas de Casa Real que han declinado la invitación han sido Felipe y Letizia. Los reyes no pueden pronunciarse a favor de ningún partido político, por este motivo se han negado a asistir. Además, el rey tiene un compromiso institucional ineludible este sábado, la final de Copa del Rey.
La infanta Margarita no quiere verse las caras con Letizia porque le diría de todo
Letizia se alegra porque no soporta reunirse con los Borbón, y menos con todos juntos ahora que han salido victoriosos de la batalla que han librado durante años con ella. La tortilla ha dado la vuelta y por fin tienen la sartén por el mango. Ahora son ellos los que ejercen el poder. Felipe ha decidido volverse a reunir con ellos.
Nadie quiere a Letizia cerca porque ha sido la destructora de toda la familia. La infanta Margarita no quería volverse a encontrar con ella, si ella iba a la boda, ella declinaba la invitación. Entre la tía de Felipe y ella no hay buena relación desde que la madre de Leonor y Sofía trató con tanto desprecio a la reina Sofía en la Catedral de Palma después de la Misa de Pascua. No perdonará nunca ese gesto. Ya se lo echó en cara en el momento que tuvieron la suerte de reencontrarse. A día de hoy no han aparcado sus diferencias.