Desde que nacieron la princesa Leonor y la infanta Sofía, la reina Letizia trazó un cordón sanitario para mantenerlas alejadas en la medida de lo posible a sus suegros, los reyes Juan Carlos I y Sofía. Una actitud que se ha perpetrado con los años hasta llevar a las dos jóvenes a despreciar a sus abuelos.
Letizia tuvo claro desde el primer momento que no quería que se les pegara nada de los borbones. Y por eso evitó que los eméritos pasaran demasiado tiempo con ellas. Una enfermera contratada por Letizia y la madre de la reina, Paloma Rocasolano, fueron quienes ejercieron de niñeras de las niñas. La justificación de la consorte era que ellas seguirían a rajatabla sus indicaciones en absolutamente todo.
La reina Letizia aparta a sus suegros de sus hijas, Leonor y Sofía
En este sentido, Pilar Eyre relató un episodio en el que Sofía se presentó en la Zarzuela con una caja llena de juguetes que habían sido de sus hijos para regalárselos a Leonor y Sofía. Pero la cuidadora le impidió el paso. “Usted no está en la lista de visitas”, alegó la trabajadora, ejerciendo de “escudo humano” entre la emérita y sus nietas.
Tampoco debemos dejar de mencionar el episodio de la Catedral de Palma en la misa de pascua de 2018. Aquel en el que Letizia se interpone entre los fotógrafos y Sofía cuando esta intentaba sacarse una fotos con sus nietas. Las imágenes hablan por sí solas.
Leonor y Sofía no pasan ni un solo día con la abuela Sofía
Mientras tanto, Juan Carlos I tampoco ha podido acercarse a las jóvenes cuando ha querido. La consorte ha intentado limitar al máximo las imágenes que se han visto del emérito con la princesa y la infanta. No quería que España relacionara la imagen de sus hijas con la del emérito y que ello pudiera generar animadversión al pueblo. Su objetivo ha sido siempre el de preservar el futuro reinado de su hija. Y la imagen que ha dado el emérito a lo largo de los años no era nada beneficiosa para Leonor.
Un sentimiento que ha ido calando en la heredera y su hermana, que han llegado a la edad de adolescentes sin tener ningún tipo de sentimiento positivo hacia sus abuelos. Son de las personas que menos les preocupan. Buena prueba de ello es que ninguna de las dos asistió al cumpleaños de la infanta Elena la semana pasada, donde también estaban los abuelos por parte de padre. Si bien es cierto que Leonor estaba de maniobras en la nieve con sus compañeros de la Academia Militar de Zaragoza, Sofía sí estaba en Madrid. Empezó las vacaciones el pasado 8 de diciembre.
Del mismo modo, ni Leonor no Sofía han ido a ver a su abuela en lo que llevamos de fiestas navideñas. No han pasado ni un solo día con la emérita. No tienen ningún interés.