Leonor es la protagonista, como Princesa de Girona, de su primer acto en Catalunya desde hace mucho tiempo. Los reyes Felipe y Letizia han cedido el protagonismo a su hija el primer día de los dos de la visita oficial. Conscientes del poder de imagen de la princesa, le han encargado que a punto de sus 18 años presida el acto de visitar el antiguo Restaurante de Ferran Adrià en Roses, ahora un centro de difusión del trabajo hecho por aquel mítico equipo de chefs que fue el mejor restaurante del mundo.
Pero Leonor se ha hecho acompañar por su hermana pequeña. Un tándem que funciona pero que tiene un peligro, que la pequeña eclipse a la heredera. Y acaba de pasar. Sofía es más alta que Leonor y se ha calzado unas alpargatas de esparto de suela muy alta que la hacían mucho más imponente, ha escogido un traje rojo en Catalunya, símbolo que Letizia utiliza para marcar defiende de la Corona en territorio hostil y Sofía se ha pintado. Unos labios con un brillo que hace recordar que la chica ya tiene 16 años. Sofía protagonista:
Demasiado pintadas las dos, Leonor parece de cera en el bochorno gerundense de julio y Sofía con una boca mucho más marcada, carnosa y con lápiz de labios para destacar. Se ha hecho mayor y lo hace notar. Le pasa una cabeza a su hermana y lejos de encogerse, ha decidido que no bajaba de los zapatos altos. Personalidad y no querer quedar eclipsada. Al final, la que parece más impostada es la princesa. Dos chicas para conquistar Catalunya a favor de la causa monárquica. Un imposible. Les queda todavía la carta mágica, el discurso de Leonor del miércoles en su habitualmente impecable catalán. Aquí la princesa no tiene rival. Ha habido muchos Borbones que lo han intentado. Juan Carlos, Felipe, Letizia, la infanta Cristina... y todos hablan un catalán macarrónico.
En la dedicatoria escrita por Leonor a la Fundación hay una frase en catalán: "Amb el nostre profind afecet". Cinco palabras en catalán bien escritas. Más que todo Zarzuela junto. Incluso sus cuatro primos catalanes, los Urdangarin, nacidos y escolarizados en Catalunya, se niegan a hablar catalán en público. Leonor, en cambio, por acento, dicción y seguridad en lengua catalana, parece nacida en Girona. Esta Girona que tiene cuentas pendientes con su padre, el del 3-O. Las dos chicas no tienen ninguna culpa que el padre sea incapaz como árbitro y moderador. En Catalunya han lucido como lo que son, dos adolescentes curiosas.