El lunes 29 de abril la hija pequeña de los reyes cumple 12 años. La infanta Sofía empieza a sacar la cabeza, en sentido literal y figurado. Es más alta que su hermana mayor, Leonor, y los perfiles oficiales de la infanta destacan que tiene una personalidad más extrovertida que la princesa. Soplará las velas con su madre fuera de España, de viaje oficial a Mozambique, y con su padre mirándose el escrutinio electoral para ver si puede seguir sentado en el trono. La prensa internacional habla de las hermanas como un ejemplo de estilo de dos "adolescentes rubias". A los 12 años no es una adolescente sino una niña pero la prensa rosa tiene prisa para consagrar nuevos iconos.

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El perfil que le dedica a Sofía el digital LOC es el que tiene más osadía: "Su espigada silueta (saca media cabeza a su hermana pese a ser un año menor), sus rasgos modernos y su naturalidad que contrastan con la timidez de Doña Leonor, de belleza más clásica, están empezando a dar que hablar". Más alta, más moderna y más espabilada que la heredera. El síndrome del hijo pequeño en su caso es doble: se afanan por destacar, están menos sobreprotegidos y ella encima no es princesa ni la educan para ser reina. Aprovecha para hacerse una personalidad más propia que Leonor, que según Peñafiel, es una fotocopia de Letizia.

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El digital ha investigado Los Rosales, la escuela de élite de las niñas, donde explican que Sofía "Es más alegre, desinhibida y segura de sí misma, más osada y natural que su hermana mayor". En alguna ocasión en exceso. Una anécdota escolar muy reveladora:  "Si a Leonor alguien le hace una faena, es raro que de su boca salga en público una queja. Si se la hacen a Sofía, más de una vez ha dicho: 'Como lo vuelvas a hacer se lo digo a mis padres". 

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A Sofía, la nieta, le gustan el fútbol, el violín y un arte que estudia en la escuela y tendrá que poner en práctica durante toda su vida: el teatro.