La relación de la reina Letizia con su familia política ha sido un tema delicado desde el principio. La desconfianza mostrada por los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía hacia Letizia ha sido evidente, cuestionando su idoneidad como esposa de Felipe VI. Esta tensión se ha visto exacerbada por los escándalos de corrupción y otras controversias que rodearon al rey emérito, lo que llevó a Letizia a temer por el futuro reinado de la princesa Leonor y actuar en consecuencia.
Sin embargo, las recientes revelaciones de Jaime del Burgo han cambiado radicalmente la situación, dejando a Letizia en una posición comprometida y siendo señalada como la causante de la ruptura de su matrimonio con Felipe VI. Este episodio desagradable para la reina todavía no ha terminado. Jaime del Burgo está preparando un libro. Incluso creó una editorial propia para evitar filtraciones, plagios o presiones. Un trabajo que sacará a la luz todos los secretos que siguen guardados en un cajón, y en el que se espera que aporte pruebas que corroboren lo que cuenta.
A la infanta Sofia le cuesta asimilar la crisis familiar a raíz de las declaraciones de Jaime del Burgo
Con todo, cronistas expertos en la casa real aseguran que la relación entre los monarcas está completamente fracturada, con Felipe buscando pasar el menor tiempo posible junto a Letizia e incluso evitando dormir cerca de la reina, prefiriendo alojarse en las dependencias de su madre, la reina emérita Sofía, a 1 km de distancia del Pabellón del Príncipe.
Esta situación afecta profundamente a las hijas de los reyes, especialmente a la infanta Sofía, quien se encuentra en una posición más vulnerable al estar lejos de sus padres, en el internado de Gales. La distancia física y la falta de contacto directo con su familia agravan su sensación de aislamiento emocional, afectando su estado de ánimo y su rendimiento escolar. Testigos informan que Sofía está teniendo dificultades para lidiar con la noticia de la posible separación de sus padres.
Problemas para Sofía dentro y fuera de las aulas
En el ambiente escolar, se ha observado a Sofía visiblemente afectada, y sus notas han dejado de ser brillantes, tal y como habían sido hasta ahora tanto en el internado como en el instituto. Parece otra.
Además, su comportamiento ha cambiado, participando en salidas constantes con sus compañeros al pueblo colindante del internado, St Donats, a pesar de haber renunciado previamente a muchas de ellas para cumplir con sus obligaciones académicas. Estas escapadas le han valido amonestaciones por llegar tarde al toque de queda en más de una ocasión, reflejando el impacto emocional que está experimentando Sofía debido a la situación familiar.