Es más que conocido que este verano ha sido uno de los veranos más complicados en los últimos años para la Reina Sofía. Y es que, más allá de todas las complicaciones a nivel familiar que ha habido durante su estancia en Palma de Mallorca, el estado de salud de su hermana la princesa Irene de Grecia ha empeorado de forma notable, hasta el punto de que no son precisamente pocos los que apuntan que la propia Sofía ya le habría hecho llegar a sus amigos más cercanos y a sus hijos que el desenlace fatal podría producirse más pronto que tarde.
Seguramente el hecho de que tenga ya 85 años y que esté comprobando como la salud de su hermana, uno de sus pilares a lo largo de los últimos años, está empeorando a pasos agigantados es lo que ha provocado que la Reina Sofía haya tomado una decisión que muchos entienden.
Esa decisión no es otra que la de ir repartiendo poco a poco y en vida la inmensa mayoría de joyas que ha acumulado durante las últimas décadas, una buena parte de su testamento al margen del resto de bienes que pueda dejar una vez fallezca.
La reina Sofía mueve ficha
Como no podía ser de otra forma, y más teniendo en cuenta que al margen de los problemas que hayan tenido entre ellos la Reina Sofía sigue creyendo que lo mejor es ser igual de justa con sus tres hijos, Felipe, Cristina y Elena, cuentan que lo más probable es que el reparto de las joyas vaya directamente a sus tres hijos y que luego sean ellos los que decidan cómo repartirlas con sus respectivos hijos e hijas.
De esta forma, al contrario de lo que muchos esperaban, ni la infanta Sofía ni la princesa Leonor ni ninguno de los otros nietos y nietas de la Reina Sofía se harán directamente con alguna de las joyas de su abuela, sino que primero deberán pasar por las manos de sus padres y que éstos decidan.
Uno de los expertos en el tema, David Rato, asegura en esdiario que la madre de Felipe VI “Tiene una de las mejores colecciones de joyas ‘royals’ de su generación. Es bastante completa y variada, y aunque predominan las piezas realizadas en las décadas de los 60 y 70, estas coexisten con antiguas alhajas de la familia”.
Un Rato que asegura además que “Las piezas históricas y de mayor peso institucional y ceremonial quedarán para el Rey, al igual que hizo su madre. Pero considerando la extensión del joyero de la reina, no faltarán joyas para sus hijas, como el juego de Bulgari que lució en la boda de la Infanta Cristina”.