La infanta Sofía muestra una mayor similitud en rasgos con su hermano Felipe que con su madre, la reina Letizia. A diferencia de la reina, quien era una destacada estudiante, el rey Felipe encontraba dificultades para mantenerse concentrado en sus estudios. Este patrón se repite en la siguiente generación con Leonor, quien obtiene excelentes calificaciones, y Sofía, que genera preocupación en sus padres debido a su falta de atención y distracción, requiriendo la asistencia de profesores de estudio durante su educación secundaria.
A pesar de los intentos de los reyes de proporcionar la misma educación a ambas hijas, se observan diferencias notables en sus caminos educativos. Mientras Leonor completó su bachillerato internacional en el UWC Atlantic College de Gales, Sofía seguirá este mismo camino, pero se omitirá la formación militar obligatoria para un Jefe de Estado, ingresando directamente a la universidad. Además, la infanta tendrá la libertad de elegir la carrera que más le atraiga y estudiar un máster en el extranjero, con la opción de no vivir en Zarzuela y sin la obligación de casarse con alguien de la aristocracia.
La infanta Sofía se salta todas las normas de Letizia
Uno de los desafíos que enfrenta la reina Letizia con su hija menor es su enfoque en las relaciones personales en lugar de en los estudios. Se rumorea que Sofía estaría enamorada de un compañero de clase, siguiendo los pasos de su hermana Leonor en una historia de amor que, según fuentes cercanas a Zarzuela, podría tener un curso diferente, ya que ambos son del mismo año y de Madrid.
Se señala que Sofía enfrenta dificultades en clase debido a su falta de concentración, lo que preocupa a Letizia, quien desea que su hija priorice los estudios sobre las relaciones sentimentales en este momento. Aunque ha recibido una educación y protocolo rigurosos a lo largo de los años, la infanta parece querer experimentar con su identidad adolescente, habiéndose hecho un piercing en la oreja sin la autorización de su madre y optando por un corte de cabello más moderno. Sin embargo, la solicitud de hacerse un tatuaje al alcanzar la mayoría de edad fue negada por los reyes. Parece que a pesar de la crianza y la instrucción, la infanta Sofía desafía las expectativas y busca ser una adolescente común en muchos aspectos.