Con tan solo 17 años, la infanta Sofía, segunda hija de los reyes Felipe VI y Letizia, ha comenzado a definir su propio camino, uno que parece alejarse de los estrictos protocolos reales. Actualmente cursando su último año de bachillerato internacional en un internado de élite en Gales, Sofía disfruta de una independencia que ha transformado su visión sobre su futuro y ha encendido un debate dentro de la Casa Real.
Sus días bajo el estricto control de Zarzuela durante las festividades navideñas no fueron precisamente un respiro. Según fuentes cercanas, la reina Letizia mantuvo un firme control sobre su rutina, lo que contrastó drásticamente con la libertad que Sofía ha disfrutado en el extranjero. Esa experiencia de autonomía parece haber sido suficiente para que la infanta decida que no está dispuesta a renunciar a su recién adquirida independencia.
La infanta Sofía no quiere seguir los mismos pasos que la princesa Leonor
Aunque su hermana mayor, Leonor, ha seguido una formación rigurosa destinada a prepararla como heredera del trono, Sofía no comparte las mismas responsabilidades ni la obligación de cumplir con los mismos requisitos. Entre estos, destaca el paso por la formación militar, un proceso que Leonor ha iniciado y que Sofía, según se ha sabido, no tiene intención de repetir. Mientras su hermana mayor se perfila como jefa de Estado, Sofía quiere explorar un camino más personal y menos encorsetado por las exigencias de la monarquía.
Los planes de la Casa Real, sin embargo, parecen estar en conflicto con esta postura. Se ha planteado la posibilidad de que Sofía participe en algún tipo de formación militar, aunque más breve y menos exigente que la de su hermana. Como alternativa, también se ha considerado que la infanta continúe sus estudios en una universidad española, probablemente en la Complutense de Madrid, permaneciendo cerca de su familia y bajo la supervisión de sus padres.
La infanta Sofía quiere irse a estudiar al extranjero
Sofía, por el contrario, sueña con otros horizontes. En sus propias palabras, ni siquiera considera la posibilidad de vestir un uniforme militar como el de su hermana. Y entre sus prioridades está continuar sus estudios en Inglaterra o Estados Unidos, lugares donde podría seguir disfrutando de la privacidad y la libertad que ha encontrado en Gales. En cualquier caso, no está dispuesta a volver a la rutina estricta y reglamentada que viviría bajo el techo de Zarzuela.
En abril, la infanta alcanzará la mayoría de edad, un hito que le permitirá tomar decisiones más independientes sobre su futuro. Aunque aún se encuentra en el núcleo de la familia real, su postura parece clara: no quiere ser limitada por el protocolo ni las expectativas reales, y está decidida a marcar la diferencia.