En Zarzuela se les da muy bien eso de hacer el paripé y disimular. Han elevado a arte eso de ponerse de perfil, hacer como si nada, esconder la basura debajo de la alfombra. Pero hay tanta basura acumulada que algún día la alfombra no será suficiente para tapar todas las miserias. Y en este sentido, el rey Felipe tiene una piedra en el zapato en forma de su propia familia. Unos Borbones que lo traen por el camino de la amargura con sus acciones y con quienes procura tener el mínimo trato posible, tanto él, como su mujer Letizia, como sus hijas Leonor y Sofía. La familia real va por libre, desmarcándose tanto como pueden de los reyes eméritos, de las infantas o de los hijos de estas, que tienen una relación casi nula con sus primas, las hijas de los monarcas.

Juan Carlos I junto a Felipe y Letizia
Felipe, Juan Carlos y Letizia / GTRES

A Felipe le molestan los suyos. Piensa, como también piensa Letizia, que estar cerca del resto de los Borbones mancha su imagen. Por eso es tan difícil verlos juntos y por eso lleva tiempo tratando de establecer una especie de barrera metafórica y que los pitotes de los unos no afecten a los otros ni en su imagen. Fruto de esta voluntad hace ya unos cuantos años que le dio una patada a papi Juancar, al cual envió muy lejos, a su retiro dorado de Abu Dhabi. Un emérito que se empeña en demostrar que él no ha hecho nada malo y que a la mínima que puede, se deja caer por España, donde le gustaría establecerse nuevamente, pero siempre se tiene que marchar con el rabo entre las piernas. Mira que está cerca Sanxenxo de Zarzuela y Felipe no lo va a ver ni en pintura cuándo su padre va a navegar y a comer marisco a Galicia.

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Martín Bianchi sobre Felipe y Juan Carlos / La Sexta

A sus hermanas mayores, Elena y Cristina también le gustaría mandarlas a hacer gárgaras. Con una más o menos lo ha conseguido, viviendo en Ginebra después del escándalo del exduque de Palma Iñaki Urdangarin y el caso Nóos. A la otra la tiene en Madrid, luciendo banderita rojigualda y yendo a ver los toros. Las dos han estado recientemente mencionadas en La Sexta. El programa Xplica ha analizado que a pesar del teatrín, no hay la distancia entre Felipe y Juan Carlos que nos quieren hacer creer en palacio: "a pesar de la escenificación de un distanciamiento, no hay una ruptura de relacionas", dice el periodista Martín Bianchi a raíz de la renuncia del Borbón a la herencia de su padre, que él tilda de "simbólica". "En Zarzuela siempre dicen que todo está en el discurso de proclamación. Ahí hay dos elementos, que son la transparencia, que yo creo que lo está poniendo en marcha el rey, y la ejemplaridad, esto es lo más difícil y el Rey lo ha demostrado con su hermana y su padre", dicen. Pero Bianchi apunta: "¿Que le ha quitado la asignación a su padre?... Eso solo demuestra que en realidad el rey Juan Carlos no necesitaba el dinero público que le dábamos, sinó que podía vivir perfectamente sin ese dinero, porque lleva años sin asignación oficial".

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Martín Bianchi sobre Felipe y Juan Carlos / La Sexta

Bianchi, sin embargo, ve un problema que estallará más pronto que tarde, cuando Juan Carlos se vaya al otro barrio, y cada año que pasa estamos más cerca de presenciarlo. ¿Y por qué el periodista hablaba de renuncia simbólica de la herencia? Porque primero, habrá que ver qué pasa cuando el rey fallezca y si finalmente Felipe acepta la herencia o no. Y después, porque "Sigue siendo un problema que si hay una fortuna oculta en el extranjero la hereden las hermanas del Jefe del Estado".

infanta elena alumbra cristina y juan
Las infantas Elena y Cristina / GTRES

Y tiene toda la razón. Que la pasta escondida continúe en manos de los Borbones, sea Felipe, Elena o Cristina, sería indecente. Y tiene pinta que seguirá siendo así.