Si ahora les pregunto a todos ustedes que describan, de memoria, la imagen habitual de la princesa Leonor, seguramente la gran mayoría, por no decir todos, me responderán que pelo liso, alguna cola o diadema, un vestido, y unos zapatitos estilo bailarinas. En definitiva, un look fifi como si fuera una muñeca de juguete de los años 50.
La hija mayor de Felipe y Letizia no sale de los marcos establecidos y de la línea de sobriedad marcada por su madre y difícilmente se deja ir, estilísticamente hablando, con respecto a lo que lleva, sea cual sea la circunstancia. Ni ella ni su hermana, la infanta Sofía.
Imposible imaginárselas customizadas o llevando algún uniforme que no fuera el de cuando iban a la escuela (Sofía todavía va). Inimaginable verlas adaptadas a las circunstancias de los lugares que van a ver o que inauguran. E impensable que veamos a Leonor como acabamos de ver a otra royal europea, Íngrid Alexandra de Noruega.
Una imagen que los más patriotas de las españas, los ultras que se envuelven con la bandera y que cuando ven a un militar, salivan de la emoción, desearían que se produjera. Pero no lo parece.
En una visita a las Fuerzas Armadas de su país, la hija del príncipe Haakon y Mette-Marit, como regalo de su Confirmación, no ha dudado en ponerse el uniforme militar para realizar algunas maniobras del ejército.
La hija mayor de los príncipes noruegos y nieta de los reyes Harald y Sonia, a punto de cumplir los 21 años, ha ido hasta la localidad de Rena para tener un encuentro con el Mando Especial de la Defensa Compañía de Caza, según explica la revista Lecturas, y no ha dudado en protagonizar imágenes haciendo maniobras reservadas por esta tropa del ejército, como por ejemplo, simular una caída en paracaídas desde encima de una torre.
No es la primera princesa europea que aparece con un look marcial. Antes que ella también lo hizo la princesa Elisabeth de Bélgica durante el año que se ha formado en la Royal Military Academy de Bruselas, o Victoria de Suecia, la primera en recibir educación militar.
No parece, sin embargo, que Leonor esté por la labor. Los sueños húmedos de los más patriotas lo querrían, solo hay que ver qué escribían hace un tiempo en El Español: "Leonor hará la mili: el rey quiere, Letizia diría sí. Tampoco sería un despropósito, incluso, que pasaran un tiempo por la Guardia Civil". Pero a Leonor ni está ni se la espera vestida como papi cuando presencia orgulloso el desfile de las fuerzas armadas el 12 de octubre.
Felipe, como jefe de las fuerzas armadas, recibió formación militar... ¿Veremos a Leonor como él, o como Íngrid Alexandra de Noruega? Apostaríamos a que no.