La Familia Real la integran tres ramas: los Borbones, los Ortiz y los Grecia. Las tres generaciones se mezclan poco: abuelos, hijos y nietos, todos esperando que les toque el turno de reinar o de ser familiares directos de quien reina. Durante los años de Juan Carlos quien tenía más peso dentro de la casa era la reina Sofía y ahora con el reinado de Felipe y con las dos hijas fuera de casa, Leonor en Zaragoza y Sofía en Gales, quien manda es Letizia. En Zarzuela hoy día solo quedan residiendo cuatro miembros de la extensa familia: Felipe, Letizia, la reina Sofía y su hermana pequeña, Irene de Grecia. No se sabe exactamente por qué la tía griega de Felipe vive allí, a costa del erario público, y en calidad de qué. Toda España hace la vista gorda al tratarse de una señora mayor, discreta y estrambótica hasta el punto que la misma familia la conoce como "la tía pecu", de peculiar. Ahora a los 81 años se sabe que le han diagnosticado Alzheimer.
Este verano se vio a Letizia especialmente atenta con Irene, cogiéndola de la mano en las salidas nocturnas por Mallorca para evitar que tropezara. No parecía tan anciana como para requerir ayuda. De hecho es tres años más joven que la reina Sofía, que a los 84 años ve la sombra del Alzhéimer sobrevolando a su familia de sangre. El rey Juan Carlos tiene problemas cognitivos (sufre demencia senil), la misma Sofía tiene manías de persona mayores, como sus collares de pitonisa y sus OVNIS, pero es Irene la que ha caído primero en esta trágica enfermedad. Escribe Lecturas "Irene de Grecia es la pequeña de sus tres hermanos; y, quizás por eso, su hermana Sofía siempre la quiso proteger. Siempre pendiente de ella, siempre cuidándola. Y, de un tiempo a esta parte, más aún. Y es que a la princesa griega “se le están borrando los recuerdos”. La hermana de la reina Sofía padece el mal del olvido, lo que ha provocado que se le desdibujen los recuerdos de todo aquello que vivió en su infancia y en su juventud. Pero, es más, los rostros de sus seres queridos; también se vuelven confusos y poco claros. Desde que falleció su madre, Irene de Grecia se marchó a Zarzuela; donde es una más. Siempre al lado de su hermana, siendo, prácticamente, su sombra. Las dos un pack indivisible; donde va una, va la otra. Cada noche cenan juntas y comparten rutinas en Palacio, donde las dos viven en la misma planta".
Un nuevo problema para la Familia Borbón, no cómo gestionar la enfermedad de la tía Irene, que está más que bien asistida con todo el personal de Palacio, sino la sombra del Alzhéimer que sobrevuela a la reina Sofía. Muerte su hermano Constantino y enferma su hermana Irene, se va quedando sola. Todavía ejerce un papel institucional y representativo, cobra del erario público y preside actos oficiales. Y en cualquier momento puede sufrir esta triste enfermedad que se está llevando a su hermana Irene. La naturaleza empieza a hacer su camino y los miembros de la Tercera Edad de la Familia Real, ven que los años empiezan a pesar. Demasiado.
Los de la foto tienen 85, 84 y 81 años, dos de ellas viven en Zarzuela y el tercero en el exilio de los Emiratos. Juan Carlos, no se dice demasiado, sufre demencia senil. El último biógrafo de la Corona, José Antonio Zarzalejos, destapaba el fraude y los problemas de senilidad de Juan Carlos. Zarzalejos: "El rey está expatriado, ha reconocido que ha defraudado fiscalmente, ha pagado 800 mil euros de regularización. Se ha beneficiado de una comisión de 100 millones... Son hechos, no opiniones". Es la máxima de los monárquicos: para salvar al hijo hunden al padre. El libro es el primero que destapa que Juan Carlos no tiene una salud mental "idónea". Atención en la bomba del rey que nadie explica: "El libro pone en duda que Juan Carlos estuviese plenamente lúcido antes de su abdicación y asegura que se una persona denortada, con lapsus seniles". El rey ha perdido el Norte en sentido literal, tiene demencia senil. La entrevista rehúye la palabra Alzhéimer pero Zarzalejos, nada sospechoso de ser republicano, admite: "Juan Carlos tiene una percepción de la realidad distorsionada. Me lo han confirmado más de tres personas. Es un hombre con lapsus de memoria, pero sobre todo con un principio de deterioro cognitivo progresivo. Por eso no percibe como reprobable todo lo que ha hecho". El último refugio de Felipe: tiene un padre demente.