Recientemente han salido a la luz comprometidas conversaciones del rey emérito Juan Carlos I con la vedette Bárbara Rey, lo que ha desencadenado un verdadero escándalo mediático. En estos audios, el rey habla abiertamente sobre su relación con su esposa, la reina Sofía, afirmando que "cumple de maravilla como Reina" y que, a pesar de su situación, "encima aguanta, no se va con otro". Estas declaraciones sugieren que la crisis en su matrimonio se remonta a 1968, el año en que nació el actual rey, Felipe VI. Esta revelación ha conmocionado a la opinión pública y ha reavivado viejos rumores sobre la vida personal del emérito.
Los audios, que permanecieron guardados durante décadas, han sido una bomba informativa. La gente jamás se imaginó que verían la luz, y menos aún que fotos de Juan Carlos junto a Bárbara Rey, donde se muestra muy cariñoso, también serían reveladas. Estas instantáneas han sido facilitadas por Ángel Cristo Jr. a una publicación holandesa, lo que ha añadido aún más leña al fuego de este escándalo.
El escándalo de Juan Carlos I y Bárbara Rey llega a Oxford
El impacto de estas revelaciones ha sido abrumador, y casi todos los medios de comunicación, excepto los afines a la corona, se han hecho eco de la noticia. Algunos periodistas han tenido el valor de preguntar directamente a la reina emérita Sofía sobre este tema, lo que ha generado aún más controversia y especulaciones. Sin embargo, no solo la reina ha tenido que lidiar con las consecuencias de estos audios; otros miembros de la familia real también se encuentran en una posición incómoda.
Una de las que ha estado lidiando con este escándalo es Irene Urdangarin, la hija de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina. Actualmente, Irene está estudiando en Oxford, una experiencia que debería ser enriquecedora. Sin embargo, la joven ha sentido una carga considerable al saber que los audios de su abuelo están circulando y causando revuelo. En su entorno académico, donde hay muchos españoles, la noticia ha trascendido, y esto ha llevado a Irene a sentirse avergonzada, una vez más, por la situación de su familia.