Irene Urdangarin está llevando de cabeza a la infanta Cristina. La hija de Juan Carlos está muy preocupada por el futuro de la joven. Hasta su mayoría de edad ha podido protegerla, pero a partir de ahora vuela sola. La hermana de Felipe siempre ha intentado que sus hijos se vean como los más modélicos de toda la familia. Educados y estudiosos, pero realmente no son tan diferentes de los de la infanta Elena. Ninguno de los hijos de Cristina e Iñaki han dado alegrías a sus padres en los estudios. Miguel Urdangarin es el único que ha estudiado una carrera, pero ahora parece que quiere tomarse un año sabático tras su lesión de rodilla. Por otro lado, Pablo Urdangarin también se ha planteado centrarse en el balonmano y dejar su formación. La única esperanza de Cristina era Irene, aunque en los últimos años se había vuelto muy rebelde, en gran parte por el divorcio de sus padres y la batalla legal que mantuvieron durante dos años. La benjamina de la familia quería estudiar Administración y Dirección Hotelera en la prestigiosa universidad de Lausana, pero finalmente no superó las pruebas de acceso.
Su madre la obligó a tomar un camino alternativo. No le iba a permitir quedarse todo el año sin hacer nada. Finalmente siguió los pasos de su hermano Juan y realizó un viaje de cooperación. Sin embargo, una vez finalizado, Irene tiene pensado instalarse definitivamente en Madrid. Dejará a su madre completamente sola en Ginebra. Según la revista ‘Hola’, la joven se habría enamorado del hermano de Teresa Urquijo, su abuela es prima de Juan Carlos. Juan Urquijo es amigo de Victoria Federica, quien les presentó.
Las salidas de Irene en Ginebra hasta altas horas de la madrugada
Los últimos dos años han sido muy complicados para la infanta Cristina con su hija. Y parece que no va a poder ocultarlo más tiempo. No está contenta con el comportamiento de la joven. Tiene miedo de que ponga a la familia en una tesitura como han hecho numerosas veces Froilán y Victoria Federica.
Cuando llegó a la adolescencia Irene dejó de ser esa niña modélica. Le pasó algo parecido a Juan Urdangarin, sufrió las consecuencias de sus padres. La benjamina de la familia empezó a salir por la noche, llegaba a altas horas de la madrugada. Pero en Ginebra las noticias no llegaban a España. La suerte era que permanecían alejados del foco mediático. Irene se relacionó con muy malas compañías. Hacía botellón en la calle y en una ocasión la policía les detuvo y les pidió que se identificasen. En ese grupo de jóvenes se encontraba Irene. Lo cuenta una excompañera de su colegio, en Ginebra.