Iñaki Urdangarin desea estampar ya su firma en el divorcio para alejarse cuanto antes de la infanta Cristina. Su relación estaba truncada desde hace años. Cuando entró en prisión, la hermana de Felipe dejó su vida institucional por amor. Le visitaba todas las semanas, hasta que poco a poco espació más sus visitas hasta el punto de no acudir más. Cuando salió, él vivió en Vitoria con su madre, mientras que ella se quedó en Ginebra con su hija Irene. La hija de Juan Carlos sabía que había problemas en su matrimonio, pero nunca pensó que iba a romperse y que el exduque ya había empezado otra relación a sus espaldas. Se enteró de la infidelidad del exjugador de balonmano por la prensa. Hace más de un año de aquellas fotografías dando un paseo con Ainhoa Armentia por la playa de Biarritz.
Este lunes es un día especial para la familia. Irene Urdangarin cumplirá la mayoría de edad, la fecha clave que tanto Iñaki como Cristina estaban esperando para firmar el divorcio y no involucrar a ninguno de sus hijos. Como ya se hablado en muchas ocasiones, cerrar el acuerdo ha sido especialmente complicado por muchos motivos, principalmente porque el exjugador de balonmano no lo ponía nada fácil. No estaba dispuesto a permitir que Casa Real se saliese con la suya. Ha aprovechado para hacerles pagar su ingreso en prisión. Tuvo que callarse y aceptar la pena para no involucrar a ningún miembro de la familia en el caso que era conocido por Juan Carlos, Felipe y Cristina.
Iñaki Urdangarin pide una pensión mensual de 25.000 euros, una indemnización de dos millones de euros por aquel libro que le ofrecieron escribir y se negó, varias propiedades en la costa francesa a su nombre, mantener el escolta y financiar todos sus viajes relaciones con sus hijos. El exduque tendría planes de futuro a corto plazo. Le gustaría rehacer su vida por completo y casarse con Ainhoa Armentia. Ha vuelto a sentir la ilusión del principio con ella y parece que va muy en serio.
Dos de los hijos de Iñaki Urdangarin no quieren a Ainhoa Armentia
Sin embargo, por ahora los hijos de Iñaki no ven con buenos ojos a Ainhoa Armentia. Algunos de sus hijos han recriminado a su padre su actitud. Les ha parecido un gesto de cobarde la forma en la que ha roto con su todavía mujer. Una infidelidad y una humillación.
Dos de los hijos que peor se tomaron esta nueva relación fueron Miguel e Irene. Los dos han defendido con uñas y dientes a su madre. Irene Urdangarin, al ser menor de edad, vive con ella en Ginebra, es su máxima apoyo. La ha visto llorar en numerosas ocasiones por este motivo se ha enfrentado a su padre, a quien no puede ni ver. Hace un año que no se hablan.