Irene Urdangarin está embarcando en una nueva aventura con su viaje de ayuda humanitaria a Camboya. La hija de la infanta Cristina ha dado un giro radical a su vida. Sus planes originales se vinieron abajo cuando no logró pasar los exámenes de ingreso a la universidad. Personas cercanas a la familia han compartido que la hija menor de los Urdangarin ha enfrentado momentos difíciles debido a la separación de sus padres en los últimos dos años, lo que ha afectado su desempeño académico.
A pesar de los rumores, se ha aclarado que Irene no dejó la universidad debido a problemas de calificaciones. Aunque había completado con éxito el bachillerato internacional, sus calificaciones no fueron suficientes para satisfacer los requisitos de admisión en la Universidad de Lausana, una institución de renombre que exige ciertos estándares incluso para quienes han cursado el bachillerato internacional. Su madre invirtió 500 euros para que pudiera realizar las pruebas de ingreso, pero lamentablemente no logró aprobarlas.
Ante esta situación, sus planes de estudiar Administración y Dirección Hotelera se vinieron abajo. Por lo tanto, su madre la instó a considerar otras opciones, dejándole claro que no era bienvenida en casa si no tenía un plan. Finalmente, optó por realizar trabajo voluntario en Camboya, siguiendo el ejemplo de su hermano Juan. Antes de partir, Irene pasó algunos meses en Madrid intentando obtener su licencia de conducir, sin éxito, y estudiando idiomas, una tarea que aún está pendiente.
Irene Urdangarin es la protagonista del voluntariado
La revista ‘Hola’ ya destapó las primeras fotografías de Irene Urdangarin en Camboya montada en una bicicleta. Las primeras semanas fueron muy complicados por el gran cambio de vida que suponía, pero se ha adaptado a la perfección. En las últimas imágenes que se muestran de ella se la puede ver integrada con sus compañeros. Es una más. De hecho, hay rumores de que podría estar enamorada de un joven. Verdad o mentira, sí que es cierto que está siendo una experiencia muy enriquecedora, aunque suponga perder un año de su formación. La infanta Cristina está muy preocupada por cómo afrontará su regreso a casa. Piensa que podría cambiar de planes y seguir los pasos de su prima Victoria Federica, es su mayor miedo.
Por ahora, al ser una Borbón se le han facilitado mucho las cosas. A diferencia de sus compañeros, ella tiene otros permisos, más carta blanca para gestionar su tiempo como ella desee. De hecho, en sus ratos libres aprovecha para hacer turismo. Ha disfrutado de Tailandia y Vietnam. Ahí nadie la conoce y puede ser libre, alejada del foco mediático.
Al parecer se apunta a muchas fiestas, es la que organiza todas las escapadas con sus compañeros. Le gusta mucho salir, está poco centrada. Se está tomando este voluntariado más como un juego que como un trabajo solidario.