La vida de Irene Urdangarin, la hija menor de la infanta Cristina y el exduque de Palma, ha sido marcada por varias decisiones que la han distanciado de la imagen perfecta que su madre intentó proyectar sobre sus hijos. Aunque la infanta Cristina ha hecho todo lo posible por mantener a sus hijos alejados del ojo público, la realidad es que, a medida que han crecido, la joven Irene ha mostrado una actitud rebelde que preocupa profundamente a su madre.
Desde la ruptura de sus padres, Irene ha cambiado notablemente. La relación con su padre, Iñaki Urdangarin, se volvió aún más distante después de los escándalos que afectaron a la familia. La joven nunca aceptó la infidelidad de su padre y lo culpó de manera directa por el sufrimiento de su madre, lo que afectó profundamente su bienestar emocional. Como resultado, Irene se alejó cada vez más de su entorno académico, lo que provocó que su rendimiento escolar se desplomara. En varias ocasiones, estuvo al borde de repetir curso, lo que encendió las alarmas en su familia.

Irene Urdangarin no encuentra el rumbo
Su primer intento por seguir el camino académico fue ingresar en la Universidad de Lausana para estudiar Administración y Dirección Hotelera, pero debido a que no logró superar las pruebas de acceso, sus planes se vinieron abajo. Fue entonces cuando optó por tomarse un año sabático, alejándose de la rutina y buscando un respiro en su vida. Durante ese tiempo, vivió en Madrid con su hermano Miguel, quien también atravesaba un periodo complicado por una lesión. Irene aprovechó esos meses para realizar un voluntariado en Camboya, algo que fue motivado por el ejemplo de su hermano Juan.
A pesar de ese tiempo de reflexión, en septiembre, Irene tomó la decisión de mudarse a Reino Unido con sus dos hermanos, buscando una nueva oportunidad en Oxford, donde empezó a estudiar Organización de Eventos. Sin embargo, la joven no se siente completamente satisfecha con la carrera elegida, ya que no es realmente su pasión. De hecho, Irene ha suspendido varias asignaturas y está considerando abandonar sus estudios para replantearse su futuro.

La infanta Cristina está muy preocupada, no sabe cómo ayudar a su hija
Un escenario que preocupa profundamente a la infanta Cristina, que se muestra muy preocupada por la vida que su hija está llevando en Londres y por no saber qué medidas tomar para que recupere el buen camino.
Irene ha comenzado a salir con un círculo de amistades que no le parecen las mejores para ella, lo que la pone aún más en alerta. Pasa demasiadas horas en el bar y parece estar tomando decisiones impulsivas que distan mucho de la educación que su madre siempre intentó darle. Con cada paso que da, parece alejarse más del camino que podría haberla llevado a un futuro brillante, y su madre, la infanta Cristina, teme que esta actitud rebelde pueda tener consecuencias graves e irreversibles. No quiere que sea una Victoria Federica.