El segundo permiso penitenciario de Iñaki Urdangarin para visitar a su familia en Vitoria está pasando más desapercibido que el de Navidad. Ya no es nuevo ver a la infanta Cristina paseando con el preso más famoso de España. Esta semana han comido algunos urdangarines en el restaurante The Bost y los paparazzis estaban atentos a la hermana, el cuñado y los sobrinos del rey Felipe.
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Quien ha sorprendido más es la hija pequeña de los Urdangarin: Irene, que tiene 14 años como la princesa Leonor pero parece su hermana mayor. El pelo rubio y la piel pálida de todos los urdangarines, y ahora también la altura.
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Todos los hijos de Iñaki son muy altos, en contraposición a los hijos Marichalar o a las hijas de Letizia. El gen que provoca el estirón es el del exjugador de balonmano. La niña ya no es tan niña y su físico contrasta con el de Leonor, muy infantilizada a pesar de ser una adolescente. Irene ya viste, tiene facciones y expresiones y un ademán más adolescente que su prima llamada a ser reina.
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Urdangarín vuelve a prisión y esta ausencia ha causado que Irene se haya hecho adulta de golpe. Los hijos también pagan los pecados, y delitos, de los padres.