La reciente boda de Teodora de Grecia y Matthew Kumar ha desatado un torbellino de celos y tensiones familiares en la realeza española, en gran parte debido a la presencia de Irene Urdangarin. La joven, que asistió al evento deslumbrante en la catedral metropolitana de Atenas, se convirtió en el centro de atención no solo por su belleza y juventud, sino también por la historia detrás de su elegante atuendo. Irene llevaba un vestido que anteriormente perteneció a la infanta Cristina, así como unos pendientes que son propiedad de la reina Sofía, lo que añade una capa de complejidad a su aparición en la boda.

Las atenciones desmedidas por Irene no sientan nada bien a la princesa Leonor. Desde hace tiempo, la relación entre ambas es nula, a pesar de que comparten la misma edad. Leonor, quien se asemeja a su madre, la reina Letizia, en cuanto a su deseo de destacar y no ser eclipsada por otras mujeres, ha mostrado su desdén hacia Irene. La historia familiar está marcada por la rivalidad, ya que Letizia siempre ha tenido una aversión por aquellas mujeres que le hacen sombra, y esto se ha trasladado a su hija. La reina ha mantenido una relación tensa con varias primas que consideraba más guapas y carismáticas, llevando a que algunas quedaran prácticamente anuladas en su círculo social.

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La princesa Leonor, nula relación con los hermanos Urdangarin

El conflicto entre Irene y Leonor ha tenido repercusiones mucho más amplias. Este lío de celos no solo ha afectado la relación entre las dos jóvenes, sino que ha llevado a una ruptura significativa entre los cuatro hermanos Urdangarin y Leonor. En el pasado, las familias se habían mantenido unidas, pero el paso del tiempo y los acontecimientos han llevado a un distanciamiento notable. Leonor, incitada por su madre, nunca ha estado interesada en establecer una conexión con los hermanos Urdangarin, quienes, a su vez, no han podido soportar la soberbia que perciben en ella. Esta falta de entendimiento ha creado una brecha insalvable entre ellos.

La situación no se limita solo a Leonor e Irene. La tensión se extiende también a Victoria Federica, quien comparte un desdén similar hacia la princesa. Y mientras que Victoria e Irene son muy amigas, Leonor ha preferido siempre mantenerse al margen. Las dinámicas familiares que antes eran más armoniosas han sido desafiadas, y ahora parece que la rivalidad ha tomado un lugar central en sus interacciones.