Irene Urdangarin, la hija de la infanta Elena e Iñaki Urdangarin, tenía grandes planes para su futuro académico: iba a comenzar este año sus estudios en la École hôtelière de Lausanne, una de las escuelas de hostelería más prestigiosas del mundo con 125 años de historia. Pero, como suele pasar en la vida, los planes pueden cambiar. Y los de Irene han dado un giro de 180 grados.
Irene quiere ahora explorar el mundo, vivir nuevas experiencias y, cuando sea el momento adecuado, decidir qué hacer con su futuro. Y es que los últimos años han sido realmente complicados para ella. Su padre, Iñaki Urdangarin, estuvo en prisión, su madre se enfrentó a un juicio por su presunta implicación en las ilegalidades de Iñaki y, para colmo, la pareja se separó cuando salieron a la luz las infidelidades de Iñaki con Ainhoa Armentia. Las fotos de Iñaki y Ainhoa paseando por la playa hace un año y medio fueron la gota que colmó el vaso.
Los problemas familiares superan a Irene Urdangarin
Toda esta situación habría sido abrumadora para la joven, llevándola a tomarse un "año sabático" antes de comenzar la universidad. Quiere ser voluntaria y participar en un proyecto de cooperación, explorar el mundo y reflexionar sobre su futuro, tal y como ha publicado la revista ¡HOLA!. La carrera de hostelería, que inicialmente había planeado, quedó “descartada”. Al menos por el momento.
Pero aquí viene un detalle interesante que no mencionan las fuentes y que tapa la familia. Resulta que Irene tuvo algunos problemas en las pruebas de admisión para la École hôtelière de Lausanne. Tuvo que hacer prácticas improvisadas en un centro profesional, ya que así lo requería el centro, y no logró superar las pruebas teóricas. Aunque tenía un lugar asegurado por haber cursado el bachillerato internacional, sus méritos académicos no fueron suficientes.
De hecho, sus dificultades académicas comenzaron el año pasado, cuando estalló la separación de sus padres, situación que, como decíamos, ha influido en su decisión de tomarse un descanso y repensar su futuro.