Irene Urdangarin, hija de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, ha estado enfrentando una serie de desafíos personales en los últimos años. Durante el verano de 2023, su aspiración de ingresar a una prestigiosa universidad suiza en Lausana para estudiar hostelería no pudo concretarse. Esta situación se debió a una combinación de complicaciones académicas durante su etapa de Bachillerato y a las tensiones familiares provocadas por el divorcio de sus padres. Estos factores hicieron que no lograra superar las exigentes pruebas de acceso a la Escuela Internacional de Ginebra (Ecolint), un centro educativo de renombre conocido por sus altos estándares.

Al no conseguir la matrícula, Irene optó por tomarse un año sabático. Durante este tiempo, pasó la mayor parte en la Zarzuela, con todos sus gastos cubiertos y sin presión para estudiar o trabajar. Su única actividad durante este periodo fue un breve voluntariado en Camboya, que, según fuentes cercanas, fue más anecdótico que transformador, ya que no reflejó un cambio significativo en su actitud hacia la educación o el trabajo.

Irene Urdangarin EP

Irene Urdangarin mantiene activo su tratamiento psicológico

Sin embargo, tras un año de descanso y bajo la creciente presión de sus padres, Irene ha decidido dar un giro en su vida. Ahora se encuentra en el Reino Unido, donde se ha inscrito en Oxford Brookes University, una institución académica de renombre en el campus de Headington, al este de Oxford. Esta decisión marca un nuevo comienzo para Irene, quien busca retomar sus estudios en un ambiente diferente y más estimulante.

A pesar de este cambio positivo, Irene ha enfrentado dificultades emocionales que han requerido ayuda psicológica. Su tratamiento comenzó en Ginebra y continúa en Oxford, lo que evidencia la gravedad de los episodios que ha vivido recientemente. Estas circunstancias han sido una carga significativa para ella, ya que Irene ha sido la que más ha sufrido en la familia tras la separación de sus padres.

Irene Urdangarin marrón GTRES

Irene Urdangarin quiere dejar atrás sus momentos más duros

El impacto emocional de la separación familiar ha sido profundo. Irene vivió en primera persona el dolor de su madre al ver publicadas las fotos de su padre con Ainhoa Armentia, lo que ha dejado una huella duradera en su bienestar emocional. Esta experiencia no solo afectó su rendimiento académico, sino que también influyó en su incapacidad para superar el Bachillerato y alcanzar la nota de corte necesaria para ingresar a la Ecolint.

La situación se complicó aún más con la nueva relación de Iñaki, lo que ha llevado a Irene a negarse a compartir momentos con Ainhoa Armentia, lo que refleja la complejidad de sus emociones en esta nueva etapa. Y a todo ello hay que sumar la mochila del encarcelamiento de su padre por el caso Nóos.