La vida de Irene Urdangarin ha estado en el centro de atención últimamente, no por los logros que cabría esperar de una joven de su posición, sino por una serie de incidentes preocupantes que han dejado a sus padres, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, al borde de la desesperación. A sus 19 años, Irene parece haber perdido el rumbo, sumergiéndose en la vibrante vida nocturna de Madrid y bajo la influencia de su prima Victoria Federica.
El pasado verano, Irene no logró aprobar las pruebas de acceso a la universidad de Lausana, donde tenía previsto estudiar Administración y Dirección Hotelera. A duras penas consiguió finalizar el bachillerato internacional, y su rendimiento académico ha sido un constante motivo de preocupación para sus padres. La infanta Cristina ha tratado de justificar estos fracasos académicos atribuyéndolos al turbulento proceso de divorcio con Iñaki, lo que ha llevado a Irene a distraerse y asociarse con malas compañías. Nos cuentan que en Ginebra, incluso fue expulsada del instituto en tres ocasiones debido a su comportamiento y a las influencias negativas que la rodeaban, lo que resultó en un desastroso rendimiento escolar.
Irene Urdangarin, de mal en peor
Tras este revés, se decidió activar un plan B: trasladar a Irene a Madrid, donde se instaló con su abuela, la reina Sofía, en la Zarzuela. Sin embargo, este plan tampoco ha dado los resultados esperados. Durante su estancia en Madrid, Irene no solo fracasó en obtener su carnet de conducir, sino que además se ha dejado seducir por la vida nocturna de la capital, adoptando un estilo de vida que incluye salir de fiesta desde el jueves hasta el domingo. De hecho, Irene y Victoria Federica se han vuelto inseparables, formando parte de un círculo social que frecuenta los restaurantes de moda y los locales nocturnos más exclusivos de Madrid. Según fuentes cercanas, en más de una ocasión, ambas han sido vistas en condiciones inapropiadas, claramente afectadas por el alcohol. Para evitar problemas mayores, después de estas noches de fiesta, suelen quedarse a dormir en la Zarzuela, escapando así de posibles reprimendas.
Para frenar este ritmo de vida, sus padres la mandaron a realizar un voluntariado en Camboya, entre enero y abril. El objetivo era claro: alejarla del ocio desenfrenado y evitar que cayera en la tentación de seguir los pasos de su prima Victoria Federica en el mundo de las redes sociales e influencia digital. El plan, sin embargo, no ha tenido éxito. Salvo esos tres meses, Irene se ha pasado el resto del tiempo en Madrid a la sopa boba.
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin ya no saben qué hacer
Con la preocupación en aumento, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han decidido tomar medidas drásticas. Irene será enviada a Londres para continuar con sus estudios en una universidad exclusiva del Reino Unido. Esta decisión responde al temor de sus padres de que Irene abandone definitivamente su educación universitaria y termine involucrándose de lleno en el mundo de las redes sociales, algo que no desean para su hija.
A pesar de que la infanta Cristina y Iñaki intentan proteger a su hija, la estrategia de sobreprotegerla y facilitarle todo no ha dado los frutos esperados hasta ahora. Queda por ver si este nuevo intento de encarrilar la vida de Irene Urdangarin en Londres será el cambio que tanto necesitan, o si, por el contrario, las preocupaciones de sus padres se verán aún más confirmadas.