Irene Urdangarin es la única que brilló en este esperpento de celebración de los cuernos de Letizia a Felipe. La mascarada del restaurante madrileño intentaba ser una comida de cumpleaños de Elena por los 60 años y en realidad celebraba los cuernos a Felipe. Por fin Letizia es uno más de la Familia, ha cumplido la tradición borbónica: engañar a la pareja, ser infiel, ocultarlo a la prensa y hacer ver que aquí no pasa nada. Como Juan Carlos, Cristina y Elena que pusieron o sufrieron cuernos en silencio. Los de Juan Carlos a centenares, los de Cristina desde el principio hasta el final y los de Elena discretos, pero a Jaime de Marichalar la noche lo confundía. Ya estamos todos, la pulcra Letizia es humana, tiene amantes y en su caso el más sórdido: su cuñado. Supéralo. Ya comparten tema de conversación para Navidad en la comida de la sexagenaria. En medio del Carnaval de disfraces, solo una cara se salvó: Irene Urdangarin. Era, de largo la más estilosa, guapa e inocente, a pesar de ser una gandula:
Irene con el ombligo a la vista en plena Navidad y de marrón muy favorecedor según Chic: "Demostró que está al tanto de las tendencias y se decantó por un total look en marrón que esta temporada se ha vuelto a colar en las pasarelas y los armarios. La sobrina menor de los reyes se enfundó una cazadora de cuero con maxibolsillos, falda larga con motivos florales en relieve, botas altas de piel con tacón discreto y un sencillo top blanco. Remató el estilismo con un buen número de complementos como la gran pinza que recogía una larguísima melena rubia, mini bolso en piel marrón, un divertido colgante con forma de elefante y otros más discretos con forma de guindilla o el símbolo de Géminis, su signo del zodiaco". El elefante es el detalle para decir que ella pertenece al team Juan Carlos, el cazador de elefantes. Letizia ya sabe que Irene no es de los suyos, la chica a los 18 años le envía a su tía un señal que no es masón, verde o Borbón: es el fetiche de Juan Carlos.
La barcelonesa Irene, impecable y elegante, es muy catalana, muy poco madrileña vistiendo y ha dejado a la instagramer fake Victoria Federica como un pongo de los chinos. Tiene cierto parecido con Leonor pero más trendy y menos cañí. Tiene aires royals muy subidos, lástima que es más vaga que Juan Urdangarin, su hermano fumeta. Vive en Madrid con una de las excusas más banales que nunca nadie se ha buscado: sacarse el carné de conducir. La cronista catalana Silvia Taulés se encarga de recordarnos, día sí y día también, que Irene vive en Zarzuela y no en Ginebra "porque se está sacando el carné de conducir en Móstoles". La otra cronista catalana que sí acierta, Pilar Eyre, pone el tuit más acertado del día:
Los periodistas decimos muy serios desde hace meses "Irene, que vive en Madrid para sacarse su carnet de conducir" como si sacarse el carnet de conducir fuera como cursar ingeniería de caminos.
— Pilar Eyre (@pilareyre) December 20, 2023
Catalana sí, elegante mucho, guapa sin duda, anti-Letizia con el detallito impagable del elefante, el animal fetiche de Juan Carlos. Todo esto lo tiene. Y jeta. Esto lo es y mucho.