Irene Urdangarin atravesó una adolescencia complicada, lo que representó un desafío para la infanta Cristina. Según diversos medios de comunicación, la menor de la familia experimentó un bajo rendimiento académico mientras cursaba el bachillerato internacional, una etapa que coincidió con la separación de sus padres, afectándola profundamente. Durante ese tiempo, adoptó una actitud más rebelde y estuvo a punto de repetir curso, aunque Juan Carlos I intervino para evitarlo. Cristina siempre ha buscado el apoyo de su padre en estos momentos difíciles.
Inicialmente, Irene tenía la intención de estudiar Administración y Dirección Hotelera en Ginebra, lo que implicaba seguir viviendo con su madre durante cuatro años más. Sin embargo, su bajo desempeño académico le impidió superar las exigentes pruebas de admisión de la prestigiosa universidad de Lausana, por lo que tuvo que replantear sus planes. Ante la situación, la infanta Cristina no quiso que su hija pasara un año sin ocupaciones, por lo que la animó a realizar un voluntariado en Camboya, al igual que hizo su hermano Juan.
Más tarde, Irene se trasladó al palacio de la Zarzuela para vivir con su abuela, la reina Sofía. Permaneció allí durante un año, hasta que Felipe VI dejó claro tanto a ella como a su hermano Miguel que el palacio no podía ser utilizado como un alojamiento temporal.
Irene Urdangarin sale todas las noches y no estudia
Ya en Madrid, Irene comenzó a salir con frecuencia por las noches, habitualmente en compañía de su prima Victoria Federica, algo que preocupaba mucho a la infanta Cristina. Victoria la introdujo en los círculos de moda de la capital, y en ese entorno Irene inició una relación con Juan Urquijo. Esto incrementó la inquietud de su madre, quien temía que Irene perdiera el foco en sus estudios. En los últimos meses, madre e hija han tenido fuertes discusiones, ya que Irene está considerando seriamente abandonar su formación universitaria en Oxford.
Irene Urdangarin se ha vuelto una joven demasiado rebelde, no obedece, tampoco quiere estudiar. De hecho, está pensando muy seriamente abandonar la carrera en su primer año, ya que no le convence y ha suspendido varias asignaturas.
Hasta en Reino Unido va de fiesta en fiesta ahora que parece que le habría pedido a Juan Urquijo darse un tiempo. Ni Juan Urdangarin logra controlarla, tampoco es su deber, ella es suficiente mayor para ser consciente de sus actos. Sale de fiesta a menudo y a veces llega a casa muy achispada, otras tienen que irla a buscar sus hermanos y protegerla. Acude a fiestas privadas en las que se la ha rescatado de situaciones indecorosas, un escándalo para Casa Real y un bochorno para la infanta Cristina. Algunos de sus hijos se parecen cada vez más a los de la infanta Elena.