Irene Urdangarin no tiene una buena relación con Ainhoa Armentia. La joven vivía con la infanta Cristina en Ginebra cuando se publicó la noticia de una supuesta infidelidad. La benjamina de la familia se vio afectada por la ruptura de sus padres y disminuyó su rendimiento académico. La dirección del centro en la que estudiaba bachillerato internacional avisó a su madre sobre la posibilidad de repetir curso debido a sus malas noticias. Se volvió mucho más rebelde, hasta el punto de enfrentarse a Iñaki Urdangarin, a quien no quiere ni ver.
Padre e hija no mantienen una buena relación desde que Iñaki engañó a la infanta Cristina con otra mujer, Irene lo califica como una actitud cobarde. Durante el proceso de divorcio de sus padres, la hermana de Pablo, Juan y Miguel no quiso renunciarse con el exjugador de balonmano, pero mucho menos con Ainhoa Armentia. Su padre hacía los intentos, pero sin mucha suerte.
El año pasado se confirmó el divorcio entre Iñaki y la infanta Cristina, momento en el que el exjugador de balonmano aprovechó para hacer una presentación oficial de Ainhoa Armentia a sus cuatro hijos. El pasado verano viajó a Reino Unido para visitar a Juan, a Ginebra donde visitó a Miguel y a Barcelona donde vio un partido de Pablo, todo ello en compañía de la abogada. También fueron de viaje a Camboya, pero Irene no quiso verla.
Irene Urdangarin no piensa ir a la boda de Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia
Recientemente ha llegado a los oídos de Irene Urdangarin que Iñaki Urdangarin tiene serias intenciones de casarse este año con Ainhoa Armentia tras firmar por fin el divorcio con la infanta Cristina. Es un hombre libre y quiere formalizar su relación de más de tres años para asegurar una vida acomodada a su futura esposa. Quiere que si él fallece antes no le falte absolutamente de nada. Recibiría una pensión de viudedad, pero también todos los beneficios de los que ahora goza el exduque.
Irene Urdangarin mostró su oposición al enlace matrimonial, dejando claro que está en desacuerdo con la boda. Pilar Eyre confiesa que podrían casarse este mismo año en una boda civil muy discreta, solo con sus familiares más cercanos, entre los que se encontrarían los hijos del exduque, pero Irene ya ha renunciado. No piensa asistir, y tampoco traicionará a su madre, quien es la persona que más ha sufrido.
