Irene Urdangarin, la hija menor de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, tenía grandes planes para este curso. Al igual que la princesa Leonor y la infanta Sofía, quienes se lanzaron a nuevas aventuras académicas, Irene tenía previsto empezar su formación en hostelería en la prestigiosa École Hôtelière de Lausanne (EHL).
Pero, como ya les hemos contado, esos planes se esfumaron. Irene decidió tomarse un año sabático antes de la universidad. Su objetivo es trabajar como voluntaria y formar parte de un proyecto de cooperación. Quiere explorar el mundo y pensar bien en qué quiere hacer con su futuro. La carrera de hostelería quedó descartada, al menos por ahora, según publicó la revista ¡HOLA!.
Irene Urdangarin, en su momento más difícil
A ello se suman actitudes poco comunes en la joven. Por ejemplo, la juerga que se pegó con Victoria Federica hace unas semanas. Y es que Irene nunca ha sido de salir hasta las tantas sin dar explicaciones. Siempre tuvo una actitud muy formal.
Parece que Irene está pasando por un momento realmente complicado. Sabemos que ha estado recibiendo ayuda psicológica en Ginebra desde hace tiempo para lidiar con esta situación tan difícil que le ha tocado vivir.
Primero, está el tema de su padre en la cárcel y su madre declarando ante la justicia. Eso ya sería suficiente para desestabilizar a cualquiera. Pero también está el doloroso divorcio de sus padres. Además, Irene ha sido testigo de cómo la nueva relación de su padre con Ainhoa Armentia ha afectado a la hija del rey emérito Juan Carlos I.
Preocupación extrema por Irene Urdangarin
Ante esta situación, la infanta Cristina está muy preocupada por su hija pequeña. Ya el año pasado empezó a tener problemas en la escuela cuando saltó el escándalo de la infidelidad de su padre. Y este verano, su actitud ha sido más que cuestionable. La mencionada salida nocturna con Victoria Federica no le cayó nada bien a la hermana del rey Felipe VI. Hasta hubo una fuerte discusión entre Cristina y la infanta Elena por ello.