Los últimos años han sido especialmente complicados para Irene Urdangarin. La hija menor de la infanta Cristina no solo ha tenido que afrontar la separación de sus padres, sino que además ha sido testigo del dolor que esta situación ha causado en su madre. Mientras intenta reconstruir su vida en Londres, donde estudia Organización de Eventos, sigue arrastrando las secuelas emocionales de todo lo ocurrido.

Desde su llegada a la Universidad de Oxford, Irene no termina de sentirse cómoda. Extraña su hogar, a sus amigos y, sobre todo, a su pareja, Juan Urquijo. Su adaptación no ha sido sencilla y, según su entorno más cercano, ha considerado en más de una ocasión la posibilidad de abandonar sus estudios. Esta falta de motivación no es nueva. En su momento, intentó ingresar en la Universidad de Lausana, en Ginebra, para estudiar Administración y Dirección Hotelera, pero no logró superar las pruebas de acceso debido a su bajo rendimiento académico.

Irene Urdangarin / Europa Press

Irene Urdangarin sigue muy dolida con su padre, Iñaki Urdangarin

Lo que realmente ha afectado a su rendimiento escolar han sido los últimos dos años de tensión en su familia. Ver a su madre sufrir por la traición de Iñaki Urdangarin ha sido devastador para ella. Ha presenciado discusiones, lágrimas y momentos de profunda tristeza en el hogar que compartía con la infanta Cristina. No puede perdonar a su padre, ni mucho menos a Ainhoa Armentia, la mujer con la que este reconstruyó su vida.

Para Irene, lo peor no ha sido el divorcio, sino la manera en que se produjo. La joven comprende que, a veces, las relaciones llegan a su fin, pero considera que su padre faltó al respeto a su madre con sus mentiras y su relación paralela. Desde que la noticia salió a la luz, Irene ha marcado distancias con Iñaki, reduciendo la comunicación con él al mínimo indispensable. En cuanto a Ainhoa, su postura es aún más radical: se niega a conocerla y no acepta ningún tipo de contacto con ella.

Ainhoa Armentia

Con el padrastro, sí; con la madrastra, no

Sin embargo, su reacción ha sido muy diferente con la nueva pareja de la infanta Cristina. Después de haber firmado el divorcio, la hermana del rey ha decidido darse una nueva oportunidad en el amor. En su caso, ha elegido hacerlo con discreción y sin escándalos, iniciando una relación con un empresario catalán con el que comparte una amistad de años.

Irene y sus hermanos, Juan, Miguel y Pablo, han recibido a la pareja de su madre con los brazos abiertos. Mientras que el romance de Iñaki y Ainhoa se convirtió en un espectáculo mediático, la infanta Cristina ha sabido manejar su nueva relación con elegancia y respeto. Tanto es así que, en sus visitas a Londres, ya ha llevado a su pareja a cenas familiares con Irene, donde la complicidad y la buena sintonía han sido evidentes.