España ha atravesado una de las tragedias más impactantes de las últimas décadas. Hace tres semanas, una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) azotó con fuerza a Valencia, causando una destrucción masiva que aún requiere esfuerzos extraordinarios para ser superada. Localidades cercanas como Paiporta y Chiva quedaron completamente inundadas. Las imágenes eran desoladoras: hogares destruidos, miles de personas sin acceso a electricidad ni agua potable, más de 200 fallecidos y cientos de desaparecidos, cuya búsqueda continúa.
La gestión inicial de la crisis desató una intensa polémica. Muchos ciudadanos criticaron la falta de reacción durante las primeras horas críticas y la ausencia de ayuda inmediata. Estas críticas han llevado a que se exijan responsabilidades, incluyendo la dimisión de Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, señalado por su insuficiente respuesta ante la emergencia.
A pesar de la tragedia, la solidaridad ha brillado con fuerza. Miles de voluntarios, tanto locales como de otras partes de España, se han desplazado a las áreas más afectadas para colaborar en tareas de limpieza y brindar apoyo. Han asistido a personas mayores, ofrecido atención médica y veterinaria, y donado tiempo y recursos. Gracias a este movimiento espontáneo, que incluye a ciudadanos anónimos y figuras públicas, las consecuencias de la catástrofe no han sido aún peores.
El pasado martes, los reyes Felipe VI y Letizia visitaron la "zona cero" para mostrar su apoyo y buscar soluciones junto a los afectados por segunda vez, ya que la primera generó rechazo en algunos sectores. En un ambiente tenso y de gran enojo, fueron abucheados e incluso alcanzados por bolas de barro. La presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del presidente autonómico, Carlos Mazón, exacerbó la hostilidad. Esta semana la visita ha sido mucho más calmada y agradecida.
Por otro lado, las princesas Leonor y Sofía manifestaron su interés en sumarse a la visita, pero finalmente no participaron. Según fuentes cercanas, sus padres consideraron prudente no exponerlas al clima de tensión. Sin embargo, ambas expresaron su disposición a colaborar activamente en las labores de ayuda, como cualquier otro ciudadano.
Los Urdangarin querían ir a ayudar a Valencia
En contraste, otros miembros de la familia real, como los hijos de la infanta Cristina, han mantenido distancia frente a esta tragedia, sin ofrecer apoyo físico ni económico, lo que ha generado críticas adicionales hacia la monarquía. La periodista Pilar Eyre señaló que esta situación habría sido una oportunidad única para que toda la familia real, especialmente los jóvenes, se involucrara y fortaleciera su relación con el pueblo español.
Se ha sabido que algunos integrantes de los Urdangarin y los Marichalar consideraron sumarse a las labores de limpieza, al igual que muchas figuras públicas. Sin embargo, la Casa Real habría pedido que nadie de la familia participara directamente en estas acciones, perdiendo, según muchos, una valiosa oportunidad de acercarse a la ciudadanía.
Irene Urdangarin ya tenía comprado el billete de avión para regresar a España. Su intención era trasladarse a Valencia para ayudar a los damnificados con otras amigas, también con Miguel y Juan Urdangarin. Felipe y Letizia, cuando se enteraron, les hicieron anular el viaje. No pudieron subir al avión.